viernes, 28 de junio de 2013

Aromito, 5 años (2008-2013), hola, chau



EL ESPINIYO SE HIZO AROMITO
Y EL AROMITO AHORA ES SILENCIO

OH! cielo 

tus pies están aquí 

bordeando la ladera


Decíamos en junio de 2008: “El espiniyo se hizo AROMITO. Es una buena manera de decir que El espiniyo se toma un descanso. Hasta nueva ventura la revista de las cuatro estaciones como buena hermanita mayor compartirá poemas, libros, artículos, ensayos, sueños, ideas. “Un árbol sin hojas que da sombra” dijo Gelman de la poesía. Nace pequeña la sombra del AROMITO, tal vez. Pero crecerá, seguro, porque todo lo que se hace con amor, pasión, crece como "cielo o piel, silencio o verdad". Ojalá que los lectores, los amigos, nos acompañen”.

Eso decíamos en junio de 2008, y ahora AROMITO se llama a silencio, no sabemos si por siempre o por un tiempo.
En ese número cero de junio de 2008 homenajeamos a las MADRES, y también decíamos:

“Sabemos que la democracia en nuestro país está amenazada (algunos no lo quieren ver así). No hacemos la vista gorda (o la vaca, en este caso) de lo que nos pasa. Los que más tienen quieren tener más. Y no es justo. La poesía y los poetas nunca han sido ajenos a la realidad, por eso muchos han entregado sus vidas intentando transformarla. ¿Es necesario que mencione a Bustos, Favero, Santoro, Urondo, algunos de nuestros más queridos compañeros poetas asesinados o caídos combatiendo a la última dictadura militar?
Por eso nuestro homenaje a las Madres en la voz del Indio. Y versionando un poema del maravilloso Li Po (701-762). Siempre me sentí parte (espiritualmente) de ”Los seis ociosos del bosque de bambúes”, la secta que fundara el poeta que murió en el río Yang Tse abrazado a la luna, ebrio de felicidad (¡Oh, estado de inocencia que eres!).
Antes de los veinte años (lo sé porque tenía la costumbre de marcar los libros con fechas) leí Vida y Poesía de Li Po de Arthur Waley en versión castellana de Maríà Mament (Seix Barral, 1969), leí la Segunda Antología de la Poesía China en versiones de Marcela de Juan (Revista de Occidente, 1962) y leí Los poetas de la Dinastía Tang (en la maravillosa Biblioteca Básica Universal del Centro Editor de América Latina, 1970). En este último está la versión del poema de Li Po del que se basó Solari. Transcribimos el texto:

 
TODAVÍA NO HAS VUELTO

Todavía no has vuelto,
pero nosotras tenemos que limpiar las piedras de lavar
y preparar la ropa para los amargos días venideros.
Sin ti a nuestro lado los días están vacíos.
¿Qué podemos hacer nosotras sino lavar tu ropa de invierno
y tratar de mandártela a la frontera distante?
Para eso juntamos nuestras fuerzas de mujer
y golpeamos con tanto ruido
que quizás oigas su estruendo a través del aire.

Y esta es la versión que Solari hace del poema y dedica a las Madres:

Todavía no han regresado.
Y nosotras, tenemos que cuidar unos pañuelos,
blancos como nuestros cabellos,
para los amargos días venideros.
Sin ustedes a nuestro lado,
esos días serán muy tristes.
Por eso juntamos nuestras fuerzas de mujer,
y cantamos tan fuerte, que quizás lo oigan.
Llegando el estruendo a través del aire”.


SOLO RESTA DECIR: GRACIAS!



Fotos: Jmp. Basho, queriendo descansar; 
y los Beatles con la cara A de un simple que siempre se repite.

jueves, 27 de junio de 2013

Amanda Berenguer, sacudo las telarañas del cielo


TAREA DOMÉSTICA

Sacudo las telarañas del cielo
desmantelado
con el mismo utensilio
de todos los días,
sacudo el polvo obsecuente
de los objetos regulares, sacudo
el polvo, sacudo el polvo
de astros, cósmico abatimiento
de siempre, siempremuerta caricia
cubriendo el mobiliario terrestre,
sacudo puertas y ventanas, limpio
sus vidrios para ver más claro,
barro el piso tapado de deshechos,
de hojas arrugadas, de ceniza,
de migas, de pisadas,
de huesos relucientes,
barro la tierra, más abajo, la tierra,
y voy haciendo un pozo
a la medida de las circunstancias.



COMPITO DOMESTICO
Scuoto le ragnatele del cielo
smantellato
con lo stesso utensile
di tutti i giorni,
scuoto la polvere ossequente
degli oggetti regolari, scuoto
la polvere, scuoto la polvere
di astri, cosmico abbattimento
di sempre, sempremorte carezza
coprendo la mobilia terrestre,
scuoto porte e finestre, pulisco
i suoi vetri per vedere più chiaro,
spazzo il pavimento coperto di disfatti,
di foglie gualcite, di cenere,
di briciole, d’impronte,
di ossa rilucenti,
spazzo la terra, più sotto, la terra,
e vado facendo un pozzo
alla misura delle circostanze.


Amanda Berenguer (Montevideo, Uruguay, 24 de junio de 1921 – 13 de julio de 2010).
Traducción y selección de poema: Carlos Sánchez.

Foto: AB s/d


 .

lunes, 24 de junio de 2013

Alessio Brandolini, la tierra es todavía nuestra


La tierra es todavía nuestra
la abrazan los olivos
de hojas plateadas
que pintan el aire
grabando listas de nombres
historias que nos pertenecen.

No nos conocen
pero nos sienten
en la madera
en la respiración
en la mirada
en el paso lento
que resiste a los días
va subiendo hasta arriba
a los muros torcidos de las casas
del antiguo poblado medieval.

.

Los árboles
fueron abandonados?
ya no tienen nombre
bajo la robusta corteza
hay sólo un agujero
un pasaje impedido
carente de savia
un nido de moho, de carcoma.
Por eso dentro de tres días
van a venir a derribarlos.

En el suelo los frutos
vaciados por los gusanos
se vuelven presa
de hormigas hambrientas
de arañas rojas
con boca de tenazas.

Alrededor del árbol
la alfombra de hojas
maceradas en el agua.

.

Cuando regresé
aquí había un desierto
con una jungla en medio.
La hierba altísima
tanto que Flavia y Simone
se desaparecían ahí adentro.

Con la hoz
me cortaba las uñas
desollaba
el huesito del pescuezo
me esforzaba muchísimo
por retomar aliento
después de los trabajos, los arreglos
plantaba la hiedra y el lauroceraso
el cornejo y el madroño
los abetos que ahora
son audaces y fuertes centinelas
que protegen la tierra y siempre
nos saludan, nos abrazan
cuando de carrera
abrimos el portón de par en par.

.

Es como si tuviera que volver a empezar
todo desde el principio, desde
los penosos primeros pasos.
Ahora lo sé y no espero nada más.
Sí, tendría que haberlo entendido
diez años atrás
pero tal vez no podía.
No obstante: más vale tarde que nunca,
se dice así, no es cierto?

Les voy a pedir que me ayuden
una asidua colaboración
para no aislarme de nuevo
no dividirme en tantas partes
en el espíritu y en el cuerpo.
Así también está bien
se puede vivir en silencio
cambiar de manera brusca
el método y la dirección
aspirar a un pensamiento calmo y puro.

Volverse más pequeños
para dormir en los nidos de los pájaros
más ágiles para treparse a los árboles
más livianos para tenderse en las ramas
para después podarlas y recoger los frutos.
Más delgados para pasar
entre las rejas de los portones.


En: “Poemas de la tierra” (Poesie della terra). Traducción: Martha L. Canfield
Alessio Brandolini (Frascati, Roma, 1958).
Foto: Elena B. Núñez.
Alessio Brandolini y José María Pallaoro, Roma, 27 de mayo de 2013. 
Embajada Argentina.


Alessio Brandolini leerá poemas en el V Festival Latinoamericano de Poesía, 25 al 29 de junio de 2013, Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini, Buenos Aires.

viernes, 21 de junio de 2013

Silvia Castro, diecisiete


DIECISIETE


I

el público/ de los pocos
aún
que por encontrar aún, de los milagros
el asunto principal
por ser
apunte ritual de todo/ desmán precavido
hurgar por desmentir
es por lo pronto
un inicio
escribir por donde va la línea

II

desnuda/ de la mesa
abajo
dos pies de tamaño aberrante están:
la peste/ debajo
abierta de par

III

los mensajes cerrados/ ahora
aunque ahora
que la peste esté/ debajo
así es
la espuma

IV

mi tamaño/ los dos
aquí:
es el paraje
estos sordos/ después
de la muerta
pared parta/ todos los
partes allá

V

al lado suelto/ los
ladridos
oliendo a diestra
el loco/ según sueño
en cuatro parece haber un
podrido corte
de alguna
luz/ azul

VI

la espuma de la costa
según suena:
tras
soplo tras pez sin
su costra
sin orín/ para con su
trabajo marea
estos movimientos/ sonidos que
ululan

VII

pasando las de
hacia distintos/ puestos de la casa
para dejar
de Caín
brillar los dientes/ maternos
acarician
la superficie: plana de la
mano
según su/ mentira
tomando los dedos largos de
mamá
darte todo

VIII

papeles por abrir/ bajo renglón
la canoa de pescar
están
amarran a la cuarta:
falange debe ser
un desperdicio no
tirar
del cordón los diablos del
agujero, en suma
cuatro meses más
y con el resto
desdenes de este mes
aunque sin mirar
tirar

IX

tras horas de planchar
la bizca jugaba
a la
bizca doblando la armadura
por la línea
el ojo sano
hacia
el vértice mayor
tras:
un arco real
de medio punto/ el cajón
no cerraba totalmente

X

del castillo/ sentimos los
disparos
aún con su olor y
el mínimo morir/ de cabezas
posándose a mirar
sobre la
línea

XI

por fin traer de los oréganos
de sus ojos
conejos
atisbar algo más cebado
antes por oír que
por los resultados/ dejar
que reposen y
cerrar
XII
con los diablos, hay
tres posibles
uno el:
anzuelo, dos escamas a:
dorar en caliente
sin durar
hasta que cuenten
tres:
ojos rojos

XIII

jugueteando con dos/ con incisivos sobrantes
la madre
sopesa cómo/ futuras encomiendas
un poco
duro
o crudo

XIV

el minino toquetea
la parte sobrante del cajón
como si, extraño
se ve/ desde cuándo
los botes están
completos

XV

van subiendo de a dos
los disparos/ ninguno
arriba
cada vez más
nítidos

XVI

tres mendigos toman cara:
de mujer por/ detrás
su cabeza rebota/ inerte
ver
de los
escalones para no trastabillar

XVII

su cola de pez
con el anzuelo y /las marcas
de los dientes
para citar
suponen
está amamantando


En: “Tura”, El Suri Porfiado, 2012.
Silvia Castro (Río Negro, 1968). Reside en Buenos Aires. Poeta y fotógrafa

jueves, 20 de junio de 2013

Rafael Felipe Oteriño, la poesía no es croar de ranas


LA POESÍA

La poesía 
no es 
croar de ranas
en un estanque vacío
un amanecer de invierno.

Tampoco es
laboriosa
carta de amor
escrita
en nuestra memoria.

Es invención
de reglas:
una suspensión
entre emoción
e ideas.

El rítmico abrazo
–el beso–
de palabras
recogidas
en la calle.

O, cuanto menos,
“occasioni”:
barquillo de papel
que debes conducir
a un puerto seguro.

Pues,
salvo la Musa,
¿quién puede decir
que esto
es un poema?

Cuando, en verdad,
no hay reglas;
cuando cada poema
crea sus propias
reglas.

Y cada poema
destruye
esas reglas.
Cada poema
es un sacrificio 

En: “Lengua madre”, Nuevohacer Grupo Editor Latinoamericano, 
Buenos Aires, 1995.


Rafael Felipe Oteriño (La Plata, 1945).

miércoles, 19 de junio de 2013

Juan Gelman, el vino es triste en la copa vacía


CCIX

El vino es triste en la copa vacía. Con párpados oblicuos el sol mira la silla sin nadie/los acontecimientos de su desolación/los jefes de la ausencia/árbol especular que nunca olvida su trabajo. Las distancias de un pájaro a su pájaro no tienen nombre ni escritura. El segundo invitado de la noche crea un hecho famoso/una rosa sin agua/testimonios del verso que no existe.


En: “Hoy”, Seix Barral, 2013.

Juan Gelman (Buenos Aires, 1930). 

martes, 18 de junio de 2013

Carlos Sánchez, esta es tu casa


EL MUNDO IMPLACABLE

Esta es tu casa.
Incluye el chirrido de las cañas
el viento que lo hace posible
tus pensamientos inadecuados
violentos
tu dulce incapacidad
de detener la máquina:
la vorágine.
Y esta luz
y esa luz
la casa sin confín
sumergida por siglos en los mares
jardines babilónicos
que se amalgaman a tu ignorancia
y la lentitud de rotación
tu rara visión transoceánica.
Incluye las cartas de mamá
caídas como un telón
sobre el centro de un acto
que quedará inconcluso
incluye tu memoria
de cuerpos desnudos
el aroma de una noche
de un ángulo
de una arteria
de una falta.
Y en medio de todo
tu casa incluye tu persona
es decir
el titular del cuerpo
incontablemente archivado
diagnosticado
poseído.
El titular adjunta
fotografía cuatro por cuatro
fondo blanco
y se reconoce en ella
tu casa que es mi casa
–fuera de foco–
reconocemos el viento
que purifica
y corrompe
la noche llena de puntos hemisféricos
el terror de las sombras indescifrables
que lentamente envuelve esta parte
(de tu casa)
estos cuartos sin puertas
ni ventanas
llenos de pájaros
y cielos.

De: “Circeo”, julio 1975.

Carlos Sánchez, Buenos Aires, 24 de diciembre de  1942. Poeta. Vive en Folignano, Italia. 
Foto: Carlos Sánchez


IL MONDO IMPLACABILE

Questa è la tua casa.
Include lo stridio delle canne 
il vento che lo rende possibile 
i tuoi pensieri inadeguati 
violenti 
la tua dolce incapacità 
di fermare la macchina:
la voragine.
E questa luce 
e quella luce 
la casa senza confine 
sommersa per secoli nei mari 
giardini babilonese 
che si amalgamano alla tua ignoranza 
e la lentezza di rotazione 
la tua rara visione transoceanica.
Include le lettere di mamma 
cadute come un sipario 
nel mezzo di un atto 
che resterà incompiuto 
include la tua memoria 
di corpi nudi 
l'aroma di una notte 
di un angolo
di un'arteria 
di una mancanza.
Ed in mezzo al tutto 
la tua casa include la tua persona
voglio dire 
il titolare del corpo 
infinite volte archiviato 
diagnosticato 
posseduto.
La titolare aggiunge 
fotografia quattro per quattro 
fondo bianco 
e si riconosce in lei 
la tua casa che è la mia casa
- sfocata - 
riconosciamo il vento 
che purifica 
e corrompe 
la notte piena di punti emisferici 
il terrore delle ombre indecifrabili 
che avvolge lentamente questa parte 
(della tua casa) 
queste stanze senza porte 
né finestre 
pieni di uccelli 
e cieli.

De: “Circeo”, Luglio 1975
“Appunti di vita”, Napoli, 1978

lunes, 17 de junio de 2013

Luis Pazos, tanto fue su conocer


GOG Y MAGOG

Tanto fue su conocer
que le perdió
el respeto a la vida
y elaboró una extraña
teoría del abismo.

Se debatió salvaje
entre los dos extremos
pero sucumbió
ante la única exactitud:
no correspondía
a su circunstancia
la unidad de los opuestos.


En: “El Cazador Metafísico. Poesía Reunida I.”,
Libros de la talita dorada, 2011.

Luis Pazos (La Plata, 1940).

domingo, 16 de junio de 2013

Martín Raninqueo, la arena le gana una pulseada al río


MI PADRE EN EL RÍO

Punta Lara. Detrás del castigado
murallón, lejos del centro,
la arena le gana
una pulseada al río. Mi padre,
abstraído en sus pensamientos,
se deja abrazar por el agua,
y con movimientos chaplinescos
esquiva una mancha de petróleo.
Luego se da vuelta,
regresa hacia mí
entre peces muertos,
revoleando la toalla al viento,
el viento que trae el aliento
pesado del río. A lo lejos,
un barco lucha con sus redes.
Nos reímos en la playa desierta.
Hasta un perro flaco
parece entender
que entre mi padre, el río y yo,
existe un instante
de armonía perfecta.



En: “Poemas al Flautista y otros poemas y canciones”, 2003.

Martín Raninqueo (La Plata, 1962). Músico. Poeta.

Foto: MR en FB. Río de la Plata. Punta Lara.

sábado, 15 de junio de 2013

Romilio Ribero, éste es el lugar donde los soles rompen las hierbas en agosto


LAS ESTIRPES

(Fragmento)

Éste es el lugar donde los soles rompen las hierbas en agosto
y del libro cubierto de secretas pinturas para mi corazón.

Aquí donde alejado el tiempo de sus tristes banderas
hunde sus ramos victoriosos en demoníacas bodas de niños y animales.
Aquí están mis estirpes, la sal del nacimiento, la primera paloma
con el huevo amoroso;
los dioses que bendicen a la tierra con finas mariposas,
el agua con sus flores inmortales,
el baile del destierro por aldeas de bestias desolladas,
las frutas encendidas en piras del perfume.

¡Aquí están mis estirpes con pájaros acuáticos, caballos y barcas celebrantes!
Y la luna con fábulas altas en púlpitos de ciénagas
y las leyendas de los bosques míos.

Aquí las tejedoras viendo morir la suave fragancia del otoño entre sus patios.
Y las altas cantoras con ardientes varones en sus cópulas.
Y las que trazan rutas a los primeros astros
y las otras, ya muertas, murmurando plegarias en ávidas arenas y en colinas de rotos remolinos.
Aquí están mis estirpes en el comercio del hechizo, en los lechos del alba con cuerpos ambiciosos del sol preso en sus manos.
Oyendo aquellas fiestas de violencias, alucinadas entre jazmineros y con escapularios de demonio.

Estas son mis estirpes. El orden del reinado.
Las primeras abuelas y los primeros padres
con las primeras lunas y los primeros frutos.

Este es el orden de la descendencia de virtuosos varones,
de elogiadas mujeres entre sus comuniones y sus secretas gracias,
de hechiceras cautivas en la dulce viudez de piedras negras.
De los nobles amigos en el grave linaje de los Libros del Viento.

Y Ayocuan, o sea el Ave de Gracia
vino primero de los bosques donde engendró sus hijos de los árboles.
Trajo el fuego robado a subterránea estirpe de hombres sin nacimientos.
Aquel hijo primero le hablaba a los tres meses desde su ardiente vientre.
El segundo nació del fuego o la resina, de la arcilla amorosa o de las caracolas.
Y partió a los desiertos tras las aves del sueño.

Y del hijo primero vino después la tejedora, la amasadora del pan y de cacharros,
la hacedora de esteras de paja y la destiladora de tintas vegetales.
Y con ellas se perfumó el país de nacimientos, de júbilos, de estuches fragantísimos con ciencias del amor.
Paymal, el Otomí, Manuil el padre, Seled, Ramonit,
y el hechizado niño con su primera tumba erizada de lirios.
Y estos hijos plantaron los viñedos, adoraron los ríos,
cazaron papagayos, flagelaron los árboles en sus aniversarios,
fueron al mar a conocer los peces,
entraron en los bosques con sus danzas.
Escribieron los libros de las esponsalicias y de los animales.
Fueron los decretantes de los juegos en barrios del perfume,
y los recogedores del incienzo y el pan en dulcísimos pueblos de la alianza.
Y así pasaron años y años de empresas y adioses,
de encuentros y de astros, de hormigueros y lluvias,
de mulas y de joyas, de incendios y de tribus adorantes,
de alquimias y de herreros, de arrastradas culebras, de naufragios, de pestes, de migratorias madres con zodíacos, de ayunos, de profetas, de leyendas y de supersticiones…


En: “Libro de Bodas, Plantas y Amuletos”, Editorial Losada, 1963.
Según solapa de esta edición, éste es el segundo libro de RR, siendo el primero: “Libro de las estirpes”.

Romilio Ribero (Capilla del Monte, Córdoba, 1933 – 1974). 


Transcribimos textualmente un fragmento de la solapa, donde Enrique Molina dice que Romilio Ribero: "vivió su infancia en el corazón de la tierra, en profunda comunicación con las cosas elementales, árboles, pájaros, ríos, lenguas del viento y de las lluvias, sombras de la noche, revelaciones secretas. Niño agreste, acompañante de entierros en los campos y testigo de fogatas  remotas, de haciendas de paso, amigo de los campos y testigo de fogatas remotas, amigo de las aguas y en especial de ciertos árboles, de ciertas piedras y de ciertas luces con las que sostuvo una especial comunión y que al irse le dejaron su perenne amuleto (...) Romilio Ribero pudo penetrar en el gran círculo del misterio, conoció la teología del sueño, todas las magias de las curanderas, vio mujeres que hacían crecer las plantas mirándolas, mujeres que veían en la oscuridad el futuro y la fortuna. De este modo quedó también hechizado e irremediablemente condenado para la poesía."

viernes, 14 de junio de 2013

Pablo Odhe, nada más increíble para un hombre que concebir una mujer



CLARA

Clara desde tu cuerpo
se escucha la estampida de los transatlánticos
un círculo de búfalos rodea tu boca
nada más increíble para un hombre
que concebir una mujer
tu nacimiento marca la división de las aguas
alta marea
de brazos en mi cuello
algún día leeré esto
y no significará nada
nada más que la cruz de tu pecho
crece en tu cuerpo lo que está adentro mío
y no hay golpe más fuerte que el de tu mano
ni mirada más precisa que la de tu paso
todas las veces necesarias estoy
y si es preciso
todas las veces callo


Esta noche, a las 20 hs., en “C`est la vie”, 55 entre 4 y 5 de la ciudad de La Plata, se presenta el libro OBRA REUNIDA (Ediciones Paradiso), del querido poeta Pablo Odhe (La Plata, 1970-2012). Habrá música y otros relatos y poemas, y escucharemos y dialogaremos junto a Julián Axat (editor a través de la colección Los detectives salvajes de Libros de la talita dorada, 2009, de “Panteo”, uno de los libros compilados), Fernando Alfón (prologuista y curador de Obra reunida) y Juan Bautista Duizeide (escritor y periodista). El poema “Clara” (homenaje a su hija) forma parte del libro “La Eva de las Tres Muertes” (1998) que se publicó por primera vez en edición virtual (con correcciones a versiones anteriores por parte del propio autor) en POESÍA LA PLATA.

Algunos poemas de “Panteo” en Aromito.


jueves, 13 de junio de 2013

Rafael Felipe Oteriño, primero, el arte de ser derrotado


ESA CIUDAD

Esa ciudad se apaga cuando me duermo:
los ventanales no reflejan el sol,
los semáforos dejan libre el paso de los autos,
las sombras vacilan unos segundos,
atraviesan una puerta y desaparecen;
sobre el mantel, el crucigrama está resuelto,
una mano dobla las páginas del diario.

Nada de lo habitual permanece en pie:
los tranvías giran veloces,
se enturbia el agua de los jardines,
un velo de ceniza se extiende sobre las plazas,
cubriendo el lago, los botes y los remos;
los verdes del bosque desaparecen.

Arrebatados por una nube,
quedan más solos los animales del zoológico;
se ausentan, de pie, las estatuas,
mientras un viento repentino dispersa los colores
y borra, ya sin luz, los cables del teléfono
y el borde cansado de las cosas.

Pero, ay, todavía queda algo que no he dicho:
esa ciudad continúa dentro del sueño. 


ARTES

Primero, el arte de ser derrotado;
luego, el arte de conversar a solas;
más tarde, la serena indiferencia;
por último, el arte de no ver nada
aún viéndolo todo.

Cuánto tuvo que aprender esta cabeza
para ser calva, enteramente calva
por dentro y por fuera,
en el camino de una nube
que se aproxima despacio.


En: “Todas las mañanas”, Ediciones Del Copista, 2010.

Rafael Felipe Oteriño (La Plata, 1945).

Jorge Aulicino, tres poemas


LOBO, CORDERO Y DOLORES DEL TABACO

¿Para qué escribe poemas
si después los rompe con los dientes?,
preguntaba el lobo al cordero.
Para verte mejor, le respondía
el cordero masticando trémulas voces
a la luz de la realidad social.
Y el lobo se escondía en un bosque
de buenas intenciones, fatigas de la
memoria, dolores del tabaco.


LA MÍA

Todas las clases sociales tienen su dulce manera de ser.
Menos vos que me mirás a los ojos.


TOMO CAFÉ

¿Estoy preso de mi dolor
o miro un papel de diario en el balcón?
¿Estoy muerto y miro absorto lo intrascendente?
¿O estoy preso en mi papel y miro mi dolor?


En: “La poesía era un bello país. Antología, 1974-1999”, 
Libros de Tierra Firme, 2000.
Jorge Aulicino (Buenos Aires, 1949).

Foto: JA en FB.

miércoles, 12 de junio de 2013

Cátulo Castillo, acaso te llamaras solamente María


MARÍA

Acaso te llamaras
solamente María;
no sé si eras el eco
de una vieja canción,
pero hace mucho, mucho,
fuiste hondamente mía
en un paisaje triste
desmayado de amor.

Un otoño te trajo
mojando de agonía
tu sombrerito pobre
y el tapado marrón.
Eras como la calle
de la melancolía
que llovía, llovía
sobre tu corazón.

María,
en las sombras de mi pieza
es tu paso el que regresa;
María,
y es tu voz pequeña y triste,
la del día que dijiste:
ya no hay nada entre los dos.
María,
la más mía la lejana,
si volviera otra mañana
por las calles del adiós...

Tus ojos eran puertos
que aguardaban ausentes
horizonte de sombras
y un pasado de flor
pero tus manos buenas
regresaban clementes
para curar mi fiebre,
desteñidas de amor.

Un otoño te fuiste,
tu nombre era María,
y nunca supe nada
de tu rumbo infeliz.
Eras como el paisaje
de la melancolía
que llovía, llovía
sobre la calle gris.

"María" en la voz de Héctor Cabrera (Venezuela, 1932-2003).. 
Letra: Cátulo Castillo (1906-1975).
Música: Aníbal Troilo (Buenos Aires, 1914-1975).
Foto: Cátulo Castillo y Juan Domingo Perón, 1953, s/d. 


Rubén Eduardo Gómez, el viejo buscó el oeste y abrió sus brazos



(mediavista)

el viejo buscó el oeste y abrió sus brazos /
cerró los ojos y dijo al viento: /
cincelé esta tierra con los dedos limpios de un hijo /
tanta sangre se ha ido en ella /
y ¿qué has visto? //
vencí greda /
nieve / ceniza / olvido /
con la voluntad del desahuciado /
y ¿qué has visto? //
sostengo la vida escarchada en las noches en las que no puedo abrigar los güesos /
no puedo /
con tanta soledad bajo las frazadas /
y ¿qué has visto? //

lloré en la majada /
escondido y tanto /
tanto que el arroyo no necesita primaveras /
ni soles condescendientes /
y ¿qué has visto? //

he muerto de tanta muerte /
mordí cortezas /
rumié ausencias /
extrañé la palabra /
comí con la sombra /
maldije decisiones /
eché las culpas después de dormir con ellas /
y ¿qué has visto? //

los troncos de este amor /
verde /
tardarán en encenderse /
y temo que sólo veas el humo
/


En: "Viejo viento blanco"
Rubén Eduardo Gómez (Comodoro Rivadavia, Chubut, 1965).
Foto: FB.

Enrique Puccia, este afán de escribir



EL MIEDO

Este afán de escribir
y no hacer más esfuerzos, a quién
le garantizo un pronóstico exacto.
Terapéuticamente no es ni bueno ni malo, simplemente un proceso. Y en
cuanto a la escritura, me preocupa el exceso. Es que nunca creí que fuera
tan prolífico. Y ahora, en poco tiempo,
he llenado un archivo. Los textos se suceden con fluidez llamativa y los
temas son siempre vulgares, recurrentes.
¿Qué será de esta vida? Como quiera que sea me ha servido de algo.
He sabido de otro, que batiéndose a duelo, ha vencido a la muerte.
Escribiendo y mintiendo
construyó un personaje. Un hombre prodigioso
del tamaño del miedo.



Enrique Puccia (Buenos Aires, 1941- 2001). 
De: “La foto está movida”, 2001.

Gracias: Zulma Liliana Sosa.
Foto: Enrique Puccia, 14 de octubre de 1999, 
por Daniel Grad (El Aleph, 1999).

Saúl Ibargoyen, un hombre cualquiera puede escribir "pequeña muchacha"


PEQUEÑA MUCHACHA: YO SÉ…


Pequeña muchacha: yo sé que un hombre cualquiera
puede escribir "pequeña muchacha"
y que un varón cualquiera puede alcanzar
un momento de fulgor carnal
sobre tu camisa o tus sábanas
o que una frase cualquiera puede habitar
un sitio hirviente en tu piel o en tu memoria
o ser también una simple región
infectada de lágrimas
o un gesto sin huellas como una hoja
rechazada por su árbol.
Pequeña muchacha: yo sé que hoy es muy domingo
cada hora y que cada hora
tiene una cifra de tiempos
como gotas o granos del jugo
de este mismo día nombrado domingo.
Y puedo redactar también lo sé
cada línea visible de tus pelos
cuyas raíces de sombra o de calor
todavía no huelo ni conozco.
Pero escribir no es soñar
con un vacío de orines o de fuego
ni es chupar aquella íntima saliva
tuya depositada en esta boca
que sencillamente te da nombre
como si escribiera otra vez "pequeña muchacha".
¿Por qué todo debe ser escrito?
¿Por qué no bastan la presencia
de las suspiraciones
el afán cotidiano de los cuerpos
el silencio destripado en cada cielo
de este mismo día tan domingo?
Cualquiera escribe lo ya escrito
debajo de esta tinta repetida:
deben ser vejadas las palabras
tronchados los recursos
los cuadernos los papeles
y que letras y pausas
y espacios y jadeos
sean nada más que cerradas sustancias
o silenciosas iluminaciones.
"Pequeña muchacha": que tus recuerdos
de lo escrito te abandonen
que nazcan o aparezcan otras vivas figuras
en tu lengua imprevisible
y que el aliento de estas sílabas
pasajeras permanezca
como un rápido nombre en toda tu boca.

De: “Hentropía”. En: “El escriba de pie (contiene “Hentropía” y “El escriba de pie”), 
Caracol al Galope, Montevideo, 2003.
Saúl Ibargoyen (Montevideo, Uruguay, 26 de marzo de 1930). 
Reside en México.

Foto: Saúl Ibargoyen. ® Borzelli Photography