lunes, 18 de noviembre de 2013

Eduardo D’Anna, lo construido

LO CONSTRUIDO (I)

Dos paralelepípedos
cerca del mar,
sobre la arena. Blancos,
el sol les ilumina
una cara. El silencio
los acaricia, simulando
ser el viento. Tan dignos.
Mucho más
que los que los hicieron.
Sin nada que esperar.
Recostados
contra el cielo sin nubes,
tan azul. Dignos, sí.


LO CONSTRUIDO (II)

Porque no es fácil, ¿no?
Exponerse a la luz,
así. Con líneas.
Tan rectas. Tan fáciles
de entender enseguida.
Como ser lo que son,
sin tradición,
a la luz de la luz;
cualquiera
pensaría en empezar
a escuchar los camiones
de la demolición.
Porque su ruido llega
siempre antes. Deteriorando
el silencio que sabe
proteger lo que es.
Pero ellos no.


LO CONSTRUIDO (III)

Sí, sí, exponerse. Son
opacos, pero son
transparentes, porque son
fáciles de entender:
son viejos, ya se sabe
lo que son. Los nuevos
son misteriosos, pueden
hacer trucos de argentinos
vivos, zafar. No dejar
saber qué son. Al menos,
hasta que no haya más
remedio. Pero éstos,
no. Se exponen. Por eso
hablé de dignidad.


LO CONSTRUIDO (IV)

Pero eso sí: ellos
son fáciles de entender,
pero difíciles de destruir.
Ellos parecen fabricar
el silencio que los rodea.




De 'Odas pesadas', en “Libros de poemas” (reúne tres títulos: 
Desayunándose, Etimologías y Odas pesadas), 
Ediciones Recovecos, 2013.
Eduardo D’Anna (Rosario, 1948).

Foto: En City Bell, Taller-Espacio “La Poesía”, 
Eduardo D`Anna y José María Pallaoro, 14 de julio de 2013. 

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