POEMAS CREPUSCULARES
1.
ella es capaz de despertar al crepúsculo
con el celo incandescente de sus ojos
2.
en la serranía anochecida de su piel
las dos lunitas de sus ojos
saltan como cabritos traviesos
convocan a la desnudez
arden al deseo
3.
siempre olés a café le dijo
la casi niña
ella olía a givenchy
desde sus pechos enhiestos
olía pródigamente
y despertaba las olas del deseo
4.
ella buscaba las palabras
gesticulaba con sus manos
trataba de atraparlas
sus ojos
transparentemente negros decían
sin embargo
todo lo que había que saber
5.
pedacitos de tiempo se llevan
las palabras
luego
luego
6.
como palabras salidas de un crepúsculo
7.
qué formas de decir tienen tus ojos
sabrosita de mi hambruna
qué formas de mirar tienen tus labios
fruta prohibida
¿serán posibles el pan y el vino
de esta eucaristía?
¿habrá cobijo en el edén de tus cavidades
consuelo para el afligido?
las rosas morenas de tus pechos
mitigan las noches sin sueño
alborotan los soles otoñales
anuncian cataclismos
¿quién podrá llamar a la cordura
cuando la yegua en celo
agita la sangre del corcel atardecido?
¿qué crepúsculo será capaz
de evitar la noche?
¿qué noche será capaz
de ocultar la hora en que
florecen los cuerpos?
ni ley ni dios sosegarán
el perfume rudo de sus celos
Textos inéditos. Foto: City Bell, atardecer del 5.1.11, archivo de la talita dorada.
Héctor Eduardo Martínez nació en Bahía Blanca en 1954, estudió en La Plata el Profesorado en Castellano, Literatura y Latín y actualmente es director de la revista digital Pluma Docente del Instituto de Formación Docente Continua de Villa Regina, Río Negro, Patagonia Argentina.
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