LA BATALLA NAVAL
Un
portaaviones norteamericano
y una
catedral gótica
se
hundieron
en
medio del Océano Pacífico
uno al
otro.
Hasta
el final
el
joven vicario tocó el órgano.
Ahora
aviones y ángeles están suspendidos en el aire
y no
pueden aterrizar.
EN EL HUEVO
Vivimos
en un huevo.
Hemos
borroneado con dibujos indecentes
y los
nombres de nuestros enemigos
el
lado interior de la cáscara.
Somos
incubados.
Sea el
que sea el que nos incuba,
a
nuestro lápiz incuba también.
Al
salir algún día
nos
haremos de inmediato
una
imagen del que incuba.
Suponemos
que somos incubados.
Nos
imaginamos unas aves bondadosas
y
escribimos composiciones
sobre
color y raza
de la
gallina que nos incuba.
¿Cuándo
salimos?
Nuestros
profetas en el huevo
se
pelean con remuneración mediocre
por la
duración del tiempo de la incubación.
Suponen
un día X.
Por
aburrimiento y verdadera necesidad
hemos
inventado máquinas incubadoras.
Nos
preocupamos mucho por nuestros hijos en el huevo.
Con
mucho gusto recomendaríamos a aquella que cuida de nosotros
nuestra
patente.
Pero
nosotros tenemos un techo encima de la cabeza.
Pollitos
seniles,
embriones
con conocimiento de idiomas
hablan
todo el día
y
discuten aun sus sueños.
¿Y si
no somos incubados?
¿Si
esa cáscara nunca llega a tener un agujero?
¿Si
nuestro horizonte sólo es el horizonte
de
nuestros garabatos y también quedará?
Esperamos
estar siendo incubados.
Aunque
ya no hablamos más que del incubar
queda
por temer, que alguien
fuera
de nuestra cáscara, sienta hambre,
nos
eche a la sartén y nos ponga sal.
¿Qué
vamos a hacer entonces, hermanos en el huevo?
En:
Poesía Alemana de Hoy 1945-1966, Sudamericana, Buenos Aires, 1967. Traducción:
Rodolfo Alonso y Klaus Dieter Vervuert.
Günter Wilhelm Grass (Ciudad
libre de Dánzig, actual Polonia, 16 de octubre de 1927 - Lübeck, Alemania, 13
de abril de 2015).
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