POBREZA DE MI ÉPOCA
tienen
mis hombres penas
piden
limosnas
pasan
hambre esos hombres
poco
le dan.
son
pobres los hombres de mi país.
médicos
pobres enojan a los hospitales
con
los pobres gratuitos.
los
pobres ladrones
roban
a los pobres transeúntes
humillando
su queja
a los
pobres vigilantes.
hay
gente rica en mi tiempo
tienen
sus cantores
los
pobres ricos los pobres cantores.
calor
tienen
la
vida no refresca.
cenan
irregularmente
duermen
sobresolados
mueren
despreciados y humillados
son débilmente pobres.
aman
propagan
la especie de pobreza,
más importante
que amar tienen
llegan
a hijos mis pobres
frío
húmedo los hace viejos.
llueve
y se mojan
si no
está nublado
tristes
y pobres
los
recuerdos son los culpables
son
muy muy pobres
van al
colegio los pobres
un
maestro pobre
descubre
un retrato de un héroe pobre
y da
el nombre a una calle pobre
sin
árboles.
duelen
las muelas
les
duele no tener amigos
los
amigos son pobres
y no
hay nada para darles.
si no
hay nada para dar
se
empieza a sentir pobre
mira
desde la vereda de enfrente su casa de pobre
su
pobre país
su
época pobre
y
entra a averiguar
¿cuántos
pobres en total somos?
PASEO POR LA CAPITAL DE LA
VILLA MISERIA
la
fábrica eras vos enorme
crecías más
la parte de atrás daba a un desvío
por el portón de la manufactura
digna de verse
parecía un castillo inexpugnable
aunque no los trataba con cariño
elogiaba la hora esfinge
fruncía el entrecejo
cuando por diversas no venían eran huelgas
vísperas o post fiestas
baños de sangre para difuntos
muertos asesinados testarudos
racionales accidentados llevados
la desconfianza primaba en su estado
en su contrato social
trato social
su vivienda era una cueva
cada tormenta se la agarraba con sus techos
su casa era un agujero
la lluvia llovía reservas de agua
tenía que comer dormir-dormir
dominar un cuerpo mandándolo
cambiar idiomas
el sol directo en su crianza de vinchucas
ondulado en su enrollarse en virutas
nada hacía
aparte de las horas libres
pelearse con sus congéneres
motivos frente a frente
tributos de despensa vacía
muriendo endémico
los días aciagos
crecías más
la parte de atrás daba a un desvío
por el portón de la manufactura
digna de verse
parecía un castillo inexpugnable
aunque no los trataba con cariño
elogiaba la hora esfinge
fruncía el entrecejo
cuando por diversas no venían eran huelgas
vísperas o post fiestas
baños de sangre para difuntos
muertos asesinados testarudos
racionales accidentados llevados
la desconfianza primaba en su estado
en su contrato social
trato social
su vivienda era una cueva
cada tormenta se la agarraba con sus techos
su casa era un agujero
la lluvia llovía reservas de agua
tenía que comer dormir-dormir
dominar un cuerpo mandándolo
cambiar idiomas
el sol directo en su crianza de vinchucas
ondulado en su enrollarse en virutas
nada hacía
aparte de las horas libres
pelearse con sus congéneres
motivos frente a frente
tributos de despensa vacía
muriendo endémico
los días aciagos
EL CANTO
en
este continente inconcluso y sin empezar
se puede estar contento
sincronizar una acción muscular
desde la décima generación
y en determinado momento
las palancas y bostezos funcionando
el sin de los defectos físicos heredados
trasladarlos de un día al otro
el actuante está hecho
formado y amasado en experiencias del pasado
en lo horizontal se entona
la salida está lejos
el domingo una conjetura
las posibilidades de redención
esperan las crisis de voluntad
sano no es, hernia
ni bienes ni promesas de regalos
los encuentros de amor perdieron su virginidad
canta con sonido varonil y fuerte
canta
confundiendo la melodía y los refranes
mientras trabaja distraído
se puede estar contento
sincronizar una acción muscular
desde la décima generación
y en determinado momento
las palancas y bostezos funcionando
el sin de los defectos físicos heredados
trasladarlos de un día al otro
el actuante está hecho
formado y amasado en experiencias del pasado
en lo horizontal se entona
la salida está lejos
el domingo una conjetura
las posibilidades de redención
esperan las crisis de voluntad
sano no es, hernia
ni bienes ni promesas de regalos
los encuentros de amor perdieron su virginidad
canta con sonido varonil y fuerte
canta
confundiendo la melodía y los refranes
mientras trabaja distraído
En:
Ave de paso, Ediciones Noé, Buenos Aires, 1973. Foto: Jmp
Luis
Luchi (Luis Yanischevsky Lerer, Villa Crespo, Buenos Aires, 11 de octubre de
1921 - Barcelona, España, 21 de octubre de 2000).
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