viernes, 11 de diciembre de 2009

Jorge Aulicino – I de “Cierta dureza en la sintaxis”



I

Cierta dureza en la sintaxis indicaba la poca versatilidad
de aquellos cadáveres; el betún cuarteado de las botas
y ese decir desligado del verbo; verbos auxiliares,
modos verbales elegantemente suspendidos, elididos,
en la sabia equitación de una vieja práctica.
¿De que hablás, de qué hablás? Pero si fue ayer…
Fue ayer… Estabas frente al lago de ese río:
qué lejana esa costa, qué neblinosa y mañanera.
Lo tenías todo, no te habías arrastrado en la escoria
de las batallas perdidas antes de empezadas,
no andabas en el orín de estos muertos…
Lo comprendo, no era el Danubio, era el Paraná
que marea porque viene del cielo cerebral, pero aun así…
¿Se justifica la alegre inacción, el pensamiento venteado?
Abeja: la más pequeña de las aves, nace de la carne del buey.
Araña: gusano que se alimenta del aire. Calandria: la que
canta la enfermedad y puede curarla. Perdiz: ave embustera.








En: “Cierta dureza en la sintaxis”, Selecciones de Amadeo Mandarino, Buenos Aires, 2008
Jorge Aulicino, Buenos Aires, 1949. Poeta y periodista.
Foto: Club de Traductores Literarios de Buenos Aires.

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