8 POEMAS DE EMIGRACIÓN
1. EL PUEBLO
te
digo que
todas las casas
son
agujeros en un culo de piedra
comemos
sobre las tapas de los ataúdes
entre
la estrella de la tarde
y la leche en un balde
no
hay nada
vacíamos
la lechera
dos veces al día
abandonadnos
humeantes
en
los prados.
2. LA TIERRA
la
cabellera púrpura de la tierra
peinada
en otoño
y tiempos de hambruna
los
huesos metálicos de la tierra
extraídos
a mano
la
iglesia sobre la tierra
los brazos de nuestro reloj crucificados
todo
se lo han llevado
3. LA PARTIDA
el
dolor
no
puede
durar
lo suficiente
las
sendas desaparecen
bajo
la nieve
el
blanco abrazo
de
la partida
he
intentado escribir la verdad en los trenes
sin
un oído
la
lengua se asusta
se
aferra a una sola palabra
el
tren cruza un puente
el
hielo negro se acumula
sobre
cada letra
SAVA
mi
río
4. LA METRÓPOLI
el
filo de la luna
agudo
como
el nivel
del agua en un canal
y
los cerrojos de la razón
al
amanecer
cuando
el nivel de la oscuridad
desciende
al
de la luz
aceptad
la oscuridad
el
negro intenso
zona
de ceguera
aceptadla
ojos
pero
aquí a la oscuridad
se
la llevaron en un saco
lastrado
con piedras
y
la ahogaron
ya
no existe la oscuridad
5. LA FÁBRICA
aquí
es
siempre amanecer
hora
de despertar
hora
de la profecía revolucionaria
hora
de las brasas
tiempo
muerto de días de trabajo
sin
fin
allí
construíamos la noche
al
encender el fuego
recostados
en él
estírabamos
la oscuridad como una manta
los
prados próximos eran
el
aliento de los animales dormidos
callados
como la tierra
cálidos
como el fuego
el
frío es el dolor de creer
que
nunca volverá el calor
aquí
la
noche es un tiempo olvidado
eterno
amanecer
y
en el frío sueño
con el pino
quemado
como la lengua de un perro
tras sus dientes
6. EL PUERTO
durante
toda la noche
tose
el Hudson en su lecho
intento
dormir
mi
país
es
una piel clavada en una madera
se
precipita el viento de mi alma
de
horizontes
me
fabrico una hamaca
en
el sueño
sorbo
pueblo natal
toco
las curvas de mi río
dos
caballas negras
dirigen
el
alba
arponéalas
cielo arponéalas
7. LA AUSENCIA
cuando
el sol no era más alto que la hierba
alhajas
adornaban los árboles
y
los bancales se volvían rosas
entre
las luces fluorescentes de la autopista
cuelgan
sus vírgenes las torres de piso
están
haciendo papas fritas
una
fábrica despide sus manos con guantes de lana
tengo
un agujero en un dedo
las
vides no están verdes
aquí
no hay vides
lucirán
los muertos
las
alhajas
aplastadas
en los cables de alta tensión
DANGER
DE MORT
8. EL BOSQUE QUE CONOCÍ
dejadme
morir así
las
ramas tienen músculos
las colinas se levantan
la
nube se vierte
en una taza
en
el bosque
han
comido los jabalíes
están
confortablemente calientes
y
soñolientos
cada
claro está grabado
en una pantalla que llevo
enrollada
como una tela
en la cabeza
una
sábana
extendida sobre
los ojos de los muertos
excluye
la mirada del mundo
en
la tela
desenrollada
sigo
su rastro
en el bosque que conocí
En
Y nuestros rostros, mi vida, breves como fotos, Hermann Blume, 1986. Traducción:
Pilar Vásquez Álvarez.
John
Peter Berger (Londres, Inglaterra, 5 de noviembre de 1926 – Antony, Francia, 2
de enero de 2017). Fotos: Jmp
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