Siempre estás como ausente de la tarde. ¿Qué lago
invisible y lejano recogerá tu imagen?
Líquido estremecido por un perfil tan vago
se tornará sensible cuando los astros bajen.
Temo quebrar la magia de tus vírgenes sendas
con la torpe palabra que mi labio pronuncia.
Tendré que ser más leve para que me comprendas,
o tú bajar al mundo como agua que renuncia.
Siempre estás como ausente de la tarde. ¿Qué brisa
se lleva tu silencio cargado de leyendas?
De paisajes soñados se nutre tu sonrisa.
Tendré que ser más leve para que me comprendas.
De: Las tardes, 1927. Capítulo 1: Presencias. En: María Minellono, “El Universo Poético de Francisco López Merino. Estudio preliminar, recopilación de la obra completa, bibliografía y notas”. Ediciones Al Margen, 2000.
Francisco López Merino (La Plata, 6 de junio de 1904 – 22 de abril de 1928).
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