DESPERTAR
Soñé que era Heidegger
y que Hannah me odiaba
Dormíamos en el mismo cuarto
en camas separadas
y yo sabía por mi biografía
que ella me mataría con
sus propias manos y
me arrancaría los ojos
Yo colaboraba –estábamos
a fines de los 60–
con los movimientos
sudamericanos de izquierda
pero ella no me creía
o no se enteraba
El miedo que me impedía
dormir desapareció cuando
descubrí que mi muerte
sería por causas naturales
y fue entonces cuando
dejé de ser Heidegger
para ser yo mismo
Me interesé nuevamente
en los proyectos de mi amada
y recobré
su confianza y simpatía
ella volvió a hablarme
en esa mezcla rara de alemán
y español que tanto me
alegraba y desperté
Era Barcelona siglo XXI
un invierno que no me recordaba
especialmente a ningún otro
y la mañana había empezado
sin mí
poc a poc
pero irremediablemente.
Eduardo Rezzano, La Plata, 1968
En: “Si Hamlet duda le daremos muerte”, antología de poesía salvaje, Libros de la talita dorada, colección “Los detectives salvajes”, 2010
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