miércoles, 9 de septiembre de 2009
Alberto Szpunberg – Acerca de “En la exacta mitad de tu ombligo” de Jorge Money
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“En la exacta mitad de tu ombligo” de Jorge Money (poeta y periodista secuestrado y asesinado por la Triple A en 1975) se presenta el jueves 10 de septiembre, a las 18.30 hs., en el MUSEO DE LA MEMORIA, Calle 9 entre 51 y 53, de la ciudad de La Plata.
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En realidad, compañeros, nunca sabemos exactamente cuándo empieza ni cuándo termina un viaje, ni qué es lo que se va de nosotros ni qué es lo que queda o se pierde por el camino. Me fui de la Argentina un 9 de mayo de 1977, y yo mismo me sorprendí de reencontrarme conmigo mismo cuando aterricé al otro lado del charco y abrí la valija. Después de casi un año de clandestinidad, en estado de sobresalto permanente, ya había levantado vuelo y aterrizado muchas veces, y a veces muchas veces por día, y especialmente infinitas veces por las noches, que eran y siguen siendo infinitas y oscuras. También me sorprendí cuando, al otro lado del charco, entre lo poco que llevaba conmigo, encontré la carpeta con los poemas de Jorge Money, la misma que él me había dado a leer unos días antes de que lo asesinaran, un 19 de mayo de 1975, y que quedó en mis manos. También sus poemas habían compartido conmigo un año de sobresaltos, viajes de casa en casa, piruetas de agujero en agujero. Si lo hubiese pensado, por “razones de seguridad”, no tendría que haber llevado conmigo la carpeta de Money. Pero hacerlo no fue un acto temerario, sino un gesto, casi reflejo, como echar a la valija el mate y la bombilla, un kilo de Taragüí, la navaja que me había regalado mi viejo, Jacques el fatalista de Diderot, en cuya traducción trataba absurdamente de avanzar, algo de ropa, la Biblia de mi abuelo y poco más. Al abrir la valija al otro lado del charco, me encontré con la carpeta de Money. Me di cuenta entonces de que ella había sido parte del viaje, como mi propio cuerpo, mi desconcierto, mi derrota, mi precario pasaporte. De alguna manera, me había llevado conmigo algo que era mío, nuestro, 30.000 veces nuestro.
Al empezar a volver a la Argentina, sí pensé que la carpeta de Money, aunque más ajada y amarillenta por los otoños transcurridos, debía estar en la valija del retorno, y sus poemas volvieron a cruzar el charco, pero esta vez como una restitución impostergable: como los pies que se van solos por una calle de la infancia o la mano que saluda y saca un cigarrillo y convida... Pero, claro, bajo la nevada más copiosa, esa que advierto todas las mañanas en mis bigotes, ¿cómo imaginar esa brizna que, invisible, traspapelada, hundida en su quebranto, esperaba la menor insinuación del sol? Yo sólo lo soñaba cada tanto; Manés, su compañera, que lo había gestado, desde algún dibujo o pintura ya miraba a los ojos y daba a luz e iluminaba la poesía; Matías, que el 19 de mayo de 1975 aún estaba en la mitad exacta del ombligo, debía ya intuirlo... Pero los milagros no ocurren, sino que se hacen, y no hay duda de que los mejores hacedores de milagros son los compañeros: ese poema que fue un vientre embarazado, a pesar de la ráfaga alevosa, el crimen demencial, la impunidad asesina, ya es ahora un nacimiento, y todos renacemos con él... A bordo de un libro, los poemas de Money siguen viaje... Su rumbo es el que todos sabemos: ese por el cual lo mataron, ese por el cual sigue vivo y ahora, verso a verso, nos da de vivir... Gracias, compañeros hacedores de milagros, por dejarme estar ahí, entre ustedes, y compartir esa antigua, esa siempre recién nacida esperanza que nos parió.
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Texto de Alberto Szpunberg que se leyó en la presentación de “En la exacta mitad de tu ombligo” el viernes 21 de agosto en el Centro Cultural de la Cooperación de Buenos Aires._
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