DOS MANIQUÍES
Mi madre y mi padre: dos maniquíes,
uno de espuma volando en la playa, el otro de nieve cayendo sobre un libro de
cuentos (de los dos de carbón la sombra). Los dos bajo la lluvia, la que me
lavó de ellos, pero alto, donde la lluvia es todavía lago, alto, donde los
niños no hacen pie.
PAISAJE URBANO
Sobre una rata muerta, en el fondo de
la casa, va cayendo la nieve. Cae hasta cubrirla y sigue cayendo después.
Ya todo es blanco, como un puñado de
pureza, en el jardín del fondo de la casa iluminada.
LEYES
Una rata se pudre ahogada dentro de un
balde de agua; no lejos, un perro sigue atado desde la partida de su amo.
A veces ladra, otras corre la
distancia de la soga que no alcanza para llegar hasta el balde. (Cada vez se
queda más tiempo echado. Hasta que no se levanta. Hasta que muere. Más de sed
que de hambre).
En el balde, donde sigue pudriéndose
la rata, el agua no termina de secarse.
ATARDECER
La soledad de los árboles le
descarnaba las espaldas. Después, imperceptiblemente, el peso solitario lo fue encorvando,
hasta hacerlo caber en la vida.
VIDA ABAJO
A pie descalzo, sobre un cementerio de
latas, tres niños empujan cuesta arriba un carro vacío. Dos por el costado, uno
por detrás.
Lo
empujan cuesta arriba
vida abajo.
*
ALBA
quieto,
como
no moviéndose
para que la sangre no rebase
la boca
para que la sangre no rebase
la boca
quieto,
como
sintiendo un pájaro
herido
en la palma de la mano
herido
en la palma de la mano
sin
cerrar la mano
sin abrir los ojos.
sin abrir los ojos.
hay
una fe que es absoluta:
una fe sin esperanza.
HAY PERROS QUE
MUEREN DE
LA MUERTE DE
SU AMO
hay
perros
que mueren de la muerte de su amo
que mueren de la muerte de su amo
cuerpos
que no hacen el amor,
hacen el miedo
hacen el miedo
que
no se agitan,
tiemblan.
tiemblan.
y
hay hombres
en los que muere dios
como una gota de lacre
sobre el pecho
de un torso de mármol,
en los que muere dios
como una gota de lacre
sobre el pecho
de un torso de mármol,
son
los que lloran cuando creen
estar hablando,
o gritan soñando, pero al alba
olvidan el grito
con que encendieron la noche.
estar hablando,
o gritan soñando, pero al alba
olvidan el grito
con que encendieron la noche.
hay
hombres en los que gime dios
por no encontrar un hombre
donde morir de carne.
por no encontrar un hombre
donde morir de carne.
pero
no llora como quien lo hace
solo,
llora como quien llora abrazado a un niño.
solo,
llora como quien llora abrazado a un niño.
LA MISMA
NOCHE, UN SUEÑO
cada
uno cava en uno
la casa del
otro,
el
imposible hogar
de
todo exiliado.
cada
uno sirve sobre su cuerpo
el
banquete de la espera:
el
pedazo del hambre
que
nos sobra,
la
migaja
que
ya no puede ser partida.
cada
otro nos pide la palabra
que
no tenemos
la
que diga lo que dice
sin
decir despedida
la
esperanza de dar
lo
que siempre hemos pedido.
unos
y otros la misma noche,
cada
noche
un mismo anhelo:
brindar
chocando otra copa
sin
que el cristal
se nos
quiebre.
*
LO ABIERTO
Cae
quieta la lluvia,
lo abierto mana.
lo abierto mana.
Cae
la lluvia, cae sobre
la espera,
la espera,
en
la caída la lluvia es su camino
y el camino su llegada.
y el camino su llegada.
Hay
que osar lo abierto y la caída:
el desierto de la sed
no la sed del desierto.
el desierto de la sed
no la sed del desierto.
EN PLENA NOCHE
También
en plena noche
la nieve
se derrite blanca
la nieve
se derrite blanca
y
la lluvia
cae
sin perder su transparencia.
cae
sin perder su transparencia.
Es
ella, la noche,
la que nos libra de los reflejos,
la que nos libra de los reflejos,
la
que nos expande
las pupilas.
las pupilas.
Lo
que busca con su bastón
el ciego es la luz, no el camino.
el ciego es la luz, no el camino.
SED ADENTRO
La
boca abierta bajo la lluvia
y el agua buceando el alma.
y el agua buceando el alma.
Sed
adentro
hasta donde el mar se seca noche,
hasta donde la sed amanece playa.
hasta donde el mar se seca noche,
hasta donde la sed amanece playa.
En
cuarentena, hice esta selección de poemas de Hugo Mujica de los libros que
tengo en mi biblioteca de City Bell: Paraíso
vacío (Editorial Troquel, Buenos Aires, Argentina, 1992), Para albergar una ausencia (Pre-Textos,
Valencia, España, 1995), Sed adentro (Pre-Textos,
Valencia, España, 2001)
Hugo
Mujica (Avellaneda, Buenos Aires, 30 de agosto de 1942), sacerdote, ensayista,
poeta
1 comentario:
Excelente selección. Gracias!
Publicar un comentario