viernes, 7 de septiembre de 2018

DIEGO GOLOMBEK El día en que se acabaron las palabras




CERRADURA

Hubieran hecho una pareja perfecta. Ella tiene la llave que abre los cerrojos; él la que sólo sirve para cerrar. Pero quedaron cada uno del lado equivocado de la puerta.


SIN PALABRAS

Llegó el día en que se acabaron las palabras. No fue de repente: el vocabulario fue disminuyendo poco a poco, y la gente se quedaba con la boca abierta sin saber cómo nombrar una cosa o llamar a alguien. Hacia el final, sólo quedaban los gestos.
Sin embargo, existía la sensación de que aún había una palabra. Una palabra que todos tenían en la punta de la lengua pero nadie se atrevía a pronunciar por no gastarla y quedarse sin nada. Un día un chico que estaba jugando en la calle pensó en esa palabra y la dijo. Fue como si el mundo se paralizara por completo: la última palabra había sido dicha. La gente que la oyó descubrió que no era la misma palabra que cada uno de ellos tenía en la cabeza, y el mundo se llenó nuevamente de palabras nuevas, dichas de a una y que se perdieron en el viento para siempre.


En El límite de la palabra. Antología del microrrelato argentino contemporáneo. Edición de Laura Pollastri, Menoscuarto, 2007.
Diego Golombek (Buenos Aires, 22 de noviembre de 1964). Foto: Jmp