TODOS LOS VERANOS
A veces pienso en mi viejo. O es un barco
que parte o esa gente vagabunda que trae el verano o simplemente una luz en el
río. Entonces me siento en la costa y pienso en mi viejo.
(…)
COMO UN LEÓN
Todas las mañanas me despierta la sirena
de la Ítalo. Ahí empieza mi día. El sonido atraviesa la villa envuelta en las
sombras, rebota en los galpones del ferrocarril y por fin se pierde en la
ciudad. Es un sonido grave y quejumbroso y suena como la trompeta de un ángel
sobre un montón de ruinas. Entonces abro los ojos en la oscuridad y me digo,
cuando todavía dura el sonido, "Levántate y camina como un león". No
sé dónde escuché eso, porque a mí no se me hubiera ocurrido, tal vez en la
tele, tal vez a un pastor de la escuela del Ejército de Salvación, pero eso es
lo que me digo cada mañana y para mí tiene su sentido. "Levántate y camina
como un león".
(…)
OTRA GENTE
El abuelo está sentado frente a la casa en
medio de una gran mancha de luz. El sol le golpea desde arriba y a ratos la
cabeza desaparece en una llamarada que le baja por el cuerpo. Tiene los
pantalones recogidos hasta las rodillas para que el calor se le meta en los
huesos, pero por lo visto ya no le cabe ni siquiera eso dentro del pellejo.
Está flaco y sumido como una urraca y las piernas son dos estacas peladas de
esas que escupe el río. No se le mueve un pelo y a ratos simplemente parece un
muñeco. Sin embargo el hueco negro de los ojos se le vacía de repente y los
anteojos relumbran como fogonazos que le vuelan la cara.
(…)
EL ÚLTIMO
Un buen día me hice un vago. Así como lo
oyen. No sé cuándo empezó pero aquí me tienen, tumbado a un costado del camino
esperando que pase un camión y me lleve a cualquier parte. Ustedes deben haber
visto un tipo de esos desde la ventanilla de un ómnibus o del tren. Pues yo soy
uno de esos exactamente y puedo asegurarles que me siento muy a gusto.
Cualquiera de ustedes dirian que solamente al último de los hombres se le puede
ocurrir tal cosa. Soy el último de los hombres. (…)
Inicio
de los cuentos: “Todos los veranos”, “Como un león”, “Otra gente” y “El último”
(de Con otra gente, 1967). En: Los novios y otros cuentos, Página/12, 1994. Foto:
Jmp
Haroldo Pedro Conti (Chacabuco,
25 de mayo de 1925 – Secuestrado y desaparecido en Buenos Aires el 5 de mayo de
1976).
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