miércoles, 23 de agosto de 2017

Haroldo Conti, Inicio de cuatro cuentos



TODOS LOS VERANOS

     A veces pienso en mi viejo. O es un barco que parte o esa gente vagabunda que trae el verano o simplemente una luz en el río. Entonces me siento en la costa y pienso en mi viejo.
(…)



COMO UN LEÓN

     Todas las mañanas me despierta la sirena de la Ítalo. Ahí empieza mi día. El sonido atraviesa la villa envuelta en las sombras, rebota en los galpones del ferrocarril y por fin se pierde en la ciudad. Es un sonido grave y quejumbroso y suena como la trompeta de un ángel sobre un montón de ruinas. Entonces abro los ojos en la oscuridad y me digo, cuando todavía dura el sonido, "Levántate y camina como un león". No sé dónde escuché eso, porque a mí no se me hubiera ocurrido, tal vez en la tele, tal vez a un pastor de la escuela del Ejército de Salvación, pero eso es lo que me digo cada mañana y para mí tiene su sentido. "Levántate y camina como un león". 
(…)



OTRA GENTE

     El abuelo está sentado frente a la casa en medio de una gran mancha de luz. El sol le golpea desde arriba y a ratos la cabeza desaparece en una llamarada que le baja por el cuerpo. Tiene los pantalones recogidos hasta las rodillas para que el calor se le meta en los huesos, pero por lo visto ya no le cabe ni siquiera eso dentro del pellejo. Está flaco y sumido como una urraca y las piernas son dos estacas peladas de esas que escupe el río. No se le mueve un pelo y a ratos simplemente parece un muñeco. Sin embargo el hueco negro de los ojos se le vacía de repente y los anteojos relumbran como fogonazos que le vuelan la cara.
(…)



EL ÚLTIMO

     Un buen día me hice un vago. Así como lo oyen. No sé cuándo empezó pero aquí me tienen, tumbado a un costado del camino esperando que pase un camión y me lleve a cualquier parte. Ustedes deben haber visto un tipo de esos desde la ventanilla de un ómnibus o del tren. Pues yo soy uno de esos exactamente y puedo asegurarles que me siento muy a gusto. Cualquiera de ustedes dirian que solamente al último de los hombres se le puede ocurrir tal cosa. Soy el último de los hombres. (…)



Inicio de los cuentos: “Todos los veranos”, “Como un león”, “Otra gente” y “El último” (de Con otra gente, 1967). En: Los novios y otros cuentos, Página/12, 1994. Foto: Jmp

Haroldo Pedro Conti (Chacabuco, 25 de mayo de 1925 – Secuestrado y desaparecido en Buenos Aires el 5 de mayo de 1976).

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