RECUERDA
Y
recuérdate cuando golpeabas
en
la puerta equivocada
cuando
salían a tus pasos
animales
extraños sin alaridos
pesadillas
de sombras
eclipse
de misterio.
Recuerda
también
los
dolores equívocos
la
baba chorreando por la boca
la
venganza de las palabras
que
encendían cóleras
el
cristal negro del orgullo.
Recuérdate
además
del
temblor de la aurora
y
los cielos errantes
en
donde volvías a padecer
envuelto
en las tinieblas
a
la espera de un sol reparador.
Memoria
mía recuérdate
que
no puedes recordar.
FUGAZ
Sucede
al improviso
que
todo se repite
yo
toso
tú
me oyes
ella
se pierde
y
es tanto el abandono
que
ella tose
tú
no me oyes
y
yo me pierdo.
LENGUAJE
Aún
si todavía
confío
en parte en las palabras
la
otra parte de mí
se
queda sin palabras
en
un silencio inquietante
de
significados ocultos
que
no consigo develar.
A
veces las palabras
surge
de una boca cerrada
se
forman se relacionan se combinan
a
expensas de mi esfuerzo por detenerlas
de
mi vano intento por controlarlas.
Las
palabras humanamente creadas
para
dar un sentido
a
este enigmático no sentido.
Las
palabras
como
un arquero sin flechas.
GOYESCA
Anduve
por la Casa del Sordo Prado
entre
brujas negras y gigante voraz
vi
pelear a los hermanos
–
una historia bastante repetida –
y
a la futura viuda probándose el vestido.
Ante
tantos espectros me sentí como en casa.
Sólo
el perro al final
hundido
en su desgracia
me
sacó con su mirada sin ladrido
de
todo ese mundo familiar.
Museo del Prado, 22 de
Abril 2010
DE NO SER LA POESÍA
a
Mario Socrate
Puedo
medir el tiempo
en
el pergamino herido de tu cuerpo
intuyo
la mutación inevitable
que
opera sin cesar
inexorable.
Regresan
las imágenes
de
momentos compartidos
nuestro
derroche de esperanzas
nuestra
imperfecta matemáticas.
Ahora
podríamos resumir
las
jugarretas que la historia
hizo
de esta tremenda humanidad.
Los
astros giran
las
estrellas se apagan
el
planeta respira y tose
en
cumplimiento de leyes
para
nosotros incomprensibles.
Mirándome
en tus ojos
se
enturbia mi visión.
Estamos
vivos Mario
nuestra
amistad vuela
y
la poesía
en
el silencio de este espacio vacío.
Roma, febrero 2010
TARJETA POSTAL
La
luna apoyada en el cielo
mis
brazos que gritan
eco
sordo de voces
se
expanden en la nada
como
un hálito
los
olivares se contraen
las
viñas lloran
un
futuro de vinos.
La
luz es negra.
Ronda
de murciélagos
canto
de cigarras
nubes
voladoras.
La
noche viaja
con
su alforja
de
estrellas.
Las
montañas filtran
un
mar lejano
de
olas repetitivas.
Te
envío ahora esta postal
de
Folignano City.
Carlos
Sánchez nació en Buenos Aires en diciembre de 1942. Reside en Folignano (Ascoli
Piceno).
En:
“Recuérdate que no sabes recordar / Ricordati Che Non Sai Ricordare”, edición
bilingüe, Librati, 2010. Selección de textos: jmp
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