EL
ESPINILLO
Es muy pequeña la sombra del espinillo. Muy pequeño su abrigo. Sus ramas,
retorcidas, dirigen su rechazo a todos los vientos, al cielo, a los paseantes
del camino.
Inhóspito,
no sabe sonreír a la mañana que llega y en la noche sólo es un brazo más, un
sentido. No sabe sonreír y rechaza el brillo espontáneo y el abandono de la
hierba.
Se
contiene y se resiste en medio de la libertad que lo rodea, y, sin embargo, no
tiene imperio alguno sobre sí mismo ni sobre la tierra que lo origina.
No puede
abandonarse ni cobrar un brillo que no le pertenece.
No
obstante, surge y se desarrolla espontáneamente. Y si no puede ofrecer la
sombra ni la sonrisa ni el abrigo, nos ofrece a cambio entrada, una amistad en
su mundo, una fiebre distinta y necesaria. Algo más que un nombre: una
existencia al lado de la nuestra.
En
revista de poesía (de las cuatro estaciones) “El espiniyo”, nº 01, otoño de2005.
Director: José María Pallaoro.
Edgar
Bayley (Buenos Aires, 1919-1990). Poeta, ensayista.
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