I
Yo nacía como un pato salvaje
pero era sólo consumación de brotes.
Era eterno mi corazón
eterna mi dicha
postrero el cuerpo para criaturarme.
pero era sólo consumación de brotes.
Era eterno mi corazón
eterna mi dicha
postrero el cuerpo para criaturarme.
Yo bebía de mi propia carne
como un secuestro de las razones no dadas.
Luego bebía de las viejas comarcas
ansiando que un suelo me proyectase desde la luz
como a un molino sensible
y el cielo me iluminaba
y yo ignoraba a los profetas.
como un secuestro de las razones no dadas.
Luego bebía de las viejas comarcas
ansiando que un suelo me proyectase desde la luz
como a un molino sensible
y el cielo me iluminaba
y yo ignoraba a los profetas.
Después me acomodaba en los
látigos de la arena
detestando la sed infinita
obligándome dulcemente a echar del olvido al desierto
haciéndome fotos como ángel
como trueno
como especie inaudible de ritual corpóreo.
detestando la sed infinita
obligándome dulcemente a echar del olvido al desierto
haciéndome fotos como ángel
como trueno
como especie inaudible de ritual corpóreo.
Y el silbido de mi viento
interno,
eterno viento dentro de las uvas de las almas,
se consagró en los subsuelos del templo pagano
para perdurar en el antagonismo.
Ya que mis ramas carecen de rezos
con los que al flotar se lea el horizonte.
eterno viento dentro de las uvas de las almas,
se consagró en los subsuelos del templo pagano
para perdurar en el antagonismo.
Ya que mis ramas carecen de rezos
con los que al flotar se lea el horizonte.
De: “Guitarra negra”,
Ediciones Tres Tiempos, Buenos Aires, 1978.
Poema I de la Parte Primera.
Luis Alberto Spinetta (Buenos
Aires, 23 de enero de 1950 – 8 de febrero de 2012).
Músico, poeta, artista,
luz.
Foto: tapa de libro, Jmp.
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