COTO DE CAZA
Cuenta Vonnegut en su Desayuno de campeones que "Kilgore Trout escribió un cuento corto que era un diálogo entre dos pedazos de levadura. Discutían el posible sentido de una vida que se limita a comer azúcar y a ahogarse en su propio excremento. Debido a su limitada inteligencia nunca llegaron a darse cuenta de que lo que estaban haciendo era champagne". Lo mismo le pasó al Pájaro Idiota cuando tuvo que adaptarse al coto de caza de la culturita nacional: "¿Picoteo cinismo o picoteo emoción?", se preguntó. Los gendarmes del coto de caza no le perdonaron que devorase la segunda. "Eso no es inteligente, usted ha crecido en una época en que la ironía es nuestro alimento balanceado", le dijeron. "Pero yo soy un pájaro idiota", repuso el Pájaro Idiota. Le dispararon a la cabeza. Luego juntaron el cuerpo, las plumas una a una y con el excremento pintaron el cartel de entrada al coto: "Conduzca con prudencia, beba champagne".
2 de febrero de 2008, en el blog "Corte y confección".
Gabriel Báñez (La Plata, 1951 – 2009). Escritor y periodista.
Foto: Gabriel Báñez
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