viernes, 13 de noviembre de 2009
Jorge Ariel Madrazo - Carne y otros textos de “Quarks”
CARNE
Dedos de él, masajeando cuello y nuca de ella. Acaban de conocerse. Le ha revelado él la magnitud de su deseo: "Te quiero comer". El reencuentro, seis meses más tarde, será dulce e interminable. Lo que le demore asarla en el horno a leña de su casa de campo.
¿FUERON LOS BIGOTITOS?
¿O las lucubraciones del profesor sobre el Ser y el Tiempo, aquel 1924, en Marburgo, Alemania? Ella, dieciocho años; él, treinta y cinco. Ella es un ave de lírico vuelo estricto, él un águila de planeo calculador. Ahora, mientras miras la foto de ella, esos ojos tristes, esa semisonrisa triste y dulce, es decir trilce, es decir dultris, el mechón que cae sobre la oreja derecha y las mangas del bluson abuchonadas y con puños de encaje, le advertís, en un susurro: “Tené cuidado, él no te conviene”. Pero ella no te oye. Sigue trilce. Sigue dultris. Sigue Hannah Arendt.
LA VENTANA INDISCRETA
La observaba cada noche, con avidez de fisgón. Ella, en entreabierta bata de noche, sentada ante el boudoir, se maquillaba interminablemente, se perfumaba, cepillaba el cabello suelto en ondas sensuales. Así cada noche. Luego se ponía de pie, giraba hacia aquel vecino indiscreto y apagaba la luz. Desde el edificio de enfrente, él se sabía ya enamorado. Hasta que, decidido, cruzó la calle y, temblando de excitación, oprimió el timbre. Ella abrió la puerta, sonriente y tanteando el aire. Era ciega.
ACROBACIA AMOROSA
Quiso retratar los gestos del amor: sólo cuerpos desnudos ardiendo en el vacío.
En: “Quarks”, microficciones, 2009.
Jorge Ariel Madrazo nació en Buenos Aires en 1931. Poeta, narrador y periodista.
Jorge Ariel Madrazo en Aromito: El sol no sabe de moral y otros poemas.
Foto: Isabel Sarli en Carne, 1968.
Etiquetas:
Jorge Ariel Madrazo,
Narrativa argentina
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1 comentario:
¡Belleza en la poesía y la mirada desde el poeta!
Revive un creador del cine transgresor perseguido por la censura de turno que no se valora en su país como sí lo han hecho desde afuera.
Una actriz, que sin serlo, dejó en manos de su amor los pudores personales en entrega total.
Y, una realidad que se oculta: La sensualidad que despertó en toda una generación esta forma de arte que, además, fue arte social.
ali
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