selección de poemas de Sucesión del ser: José María Pallaoro
Invierno II
Blanquísima
bajo los cipreses
la casa de enfrente
fulgura entre la lluvia
Sensible solitaria
Parece mirar por las ventanas
como yo
Un gorrión
deja una línea negra
ofuscada
que muere
en los pinos lejanos
La alegría...
La alegría
un momento
irrumpe en tu interior
Alumbra
Explica tu existir
Escapa rápidamente
Ah sentimiento remoto!
Allí luce y reluce
como el ojo vivo
de un pequeño insecto
El pájaro se posó...
El pájaro se posó
en la rama
y los dos oscilaron
abajo arriba
Hasta que misteriosamente
el pájaro
se fue
hacia otro árbol
distante
La rama se estremeció
y quedó tiesa
¿Será ese un rito diario
o el azar del mundo
juntó sus soledades
íntimas impredecibles?
El hogar
Empezó
cuando encendimos
el fuego
Hacía mucho frío
La llama se alzó
reluciente
lúcida
Mi ser tembló
Comprimida alegría
Detrás de la ventana
estaban todos
vivos muertos
Los pájaros se oían
Cantos cristalizados
Por qué un hombre
ama
Sin retorno ¿sí?
El aire
se tocaba
con la piel
Alrededor punzaban
Empezó con el fuego
Tan simple
Anteprimavera
a mis hermanos
El ciruelo
ha florecido
Temprano
Sin embargo
¡tantas vidas
han pasado!
Tus padres mis hermanos
los amigos
¡Cuánto amor caído!
La tierra amortiguó
su ansiedad
Hoy es nada
Memoria que huye
¿El cosmos
olvida acopia?
¿Ciclo inútil?
¿Qué es otoño?
Un perfume
crece
desde el suelo
Remanso
a Felipe, Gerardo, Gabriel
a nuestra casa
Los gansos
abren sus alas
al sol
El aguaribay
lentamente
ocupa su luz
Ella lee inocente
Un caminito
moja sus piedras
al final
La casa!
Yo siento el peso
de esta realidad
que nos deja ser
Nuestros gestos
nos darán libertad
estarán signados?
Esta escena
volverá
alguna vez
¿En qué memoria?
Atardecer
a “Cacho” Calveyra
Un extraño frescor
acerca la tarde
a mi corazón
Los verdes sobrecogen
Ha llovido
Un pájaro
deja su grito
de alegría
en la rama
que lo despide
La nube
casi azul
me avisa
el otoño
Es domingo
Podría estar solo
en el mundo
si no estuviera solo
en mi mundo
¡Ah congoja
sin sentido!
Hasta el sol
me abandona
y deja
en los últimos árboles
un adiós
que la sombra esconde
La casa
Las cosas
que yo amo
reservan un rincón
de abrigo
Cierro la puerta
Quién será
que ilumina
-
--
---
Mario Porro nació en Trenque Lauquen (Provincia de Buenos Aires) en 1921. Desde muy pequeño vivió en La Plata y en City Bell, donde murió en 2001. En 1938 ingresó a Radio Universidad Nacional de La Plata como técnico operador, llegando a ser Jefe de Programas, Director Artístico y Director de la emisora. En 1963 creó para difundir la poesía el grupo editor de la revista “Espacios”. Publicó los libros de poemas: Búsqueda por el amor (1950); En amor por el tiempo, el tiempo (1956); La vigilia y la roca (1957); Entremundo (1960); Mundo despierto (1983); Sucesión del ser (1998) y Tropos (2000). Dejó un libro de poemas inédito.
Invierno II
Blanquísima
bajo los cipreses
la casa de enfrente
fulgura entre la lluvia
Sensible solitaria
Parece mirar por las ventanas
como yo
Un gorrión
deja una línea negra
ofuscada
que muere
en los pinos lejanos
La alegría...
La alegría
un momento
irrumpe en tu interior
Alumbra
Explica tu existir
Escapa rápidamente
Ah sentimiento remoto!
Allí luce y reluce
como el ojo vivo
de un pequeño insecto
El pájaro se posó...
El pájaro se posó
en la rama
y los dos oscilaron
abajo arriba
Hasta que misteriosamente
el pájaro
se fue
hacia otro árbol
distante
La rama se estremeció
y quedó tiesa
¿Será ese un rito diario
o el azar del mundo
juntó sus soledades
íntimas impredecibles?
El hogar
Empezó
cuando encendimos
el fuego
Hacía mucho frío
La llama se alzó
reluciente
lúcida
Mi ser tembló
Comprimida alegría
Detrás de la ventana
estaban todos
vivos muertos
Los pájaros se oían
Cantos cristalizados
Por qué un hombre
ama
Sin retorno ¿sí?
El aire
se tocaba
con la piel
Alrededor punzaban
Empezó con el fuego
Tan simple
Anteprimavera
a mis hermanos
El ciruelo
ha florecido
Temprano
Sin embargo
¡tantas vidas
han pasado!
Tus padres mis hermanos
los amigos
¡Cuánto amor caído!
La tierra amortiguó
su ansiedad
Hoy es nada
Memoria que huye
¿El cosmos
olvida acopia?
¿Ciclo inútil?
¿Qué es otoño?
Un perfume
crece
desde el suelo
Remanso
a Felipe, Gerardo, Gabriel
a nuestra casa
Los gansos
abren sus alas
al sol
El aguaribay
lentamente
ocupa su luz
Ella lee inocente
Un caminito
moja sus piedras
al final
La casa!
Yo siento el peso
de esta realidad
que nos deja ser
Nuestros gestos
nos darán libertad
estarán signados?
Esta escena
volverá
alguna vez
¿En qué memoria?
Atardecer
a “Cacho” Calveyra
Un extraño frescor
acerca la tarde
a mi corazón
Los verdes sobrecogen
Ha llovido
Un pájaro
deja su grito
de alegría
en la rama
que lo despide
La nube
casi azul
me avisa
el otoño
Es domingo
Podría estar solo
en el mundo
si no estuviera solo
en mi mundo
¡Ah congoja
sin sentido!
Hasta el sol
me abandona
y deja
en los últimos árboles
un adiós
que la sombra esconde
La casa
Las cosas
que yo amo
reservan un rincón
de abrigo
Cierro la puerta
Quién será
que ilumina
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Mario Porro nació en Trenque Lauquen (Provincia de Buenos Aires) en 1921. Desde muy pequeño vivió en La Plata y en City Bell, donde murió en 2001. En 1938 ingresó a Radio Universidad Nacional de La Plata como técnico operador, llegando a ser Jefe de Programas, Director Artístico y Director de la emisora. En 1963 creó para difundir la poesía el grupo editor de la revista “Espacios”. Publicó los libros de poemas: Búsqueda por el amor (1950); En amor por el tiempo, el tiempo (1956); La vigilia y la roca (1957); Entremundo (1960); Mundo despierto (1983); Sucesión del ser (1998) y Tropos (2000). Dejó un libro de poemas inédito.
FOTOS: Presentación de “Tropos” en el Salón Literario del Pasaje Dardo Rocha, La Plata, miércoles 6 de diciembre de 2000.
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2 comentarios:
Un merecido homenaje a este gran y desconocido poeta.
Tantos recuerdos! Especialmente la generosidad de compartir un mundo.
susana
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