CREACIÓN
Estoy vivo y
sorprendí en el alba las estrellas.
La compañera sigue
durmiendo y no lo sabe.
Los camaradas
duermen. Y la clara jornada
se alza ante mí más
nítida que los rostros hundidos.
A lo lejos pasa un
viejo que se va a trabajar
o a gozar la
mañana. No somos diferentes;
él y yo respiramos
la misma claridad
y fumamos tranquilos
para engañar el hambre.
También el viejo
debe tener un cuerpo puro
y vibrante –debería
estar desnudo ante la madrugada.
Esta mañana corre
la vida sobre el agua
o en el
sol: nos rodea el resplandor del agua
siempre joven, los
cuerpos de todos estarán desnudos.
Habrá un sol fuerte
y el rigor del mar
y ese rudo cansancio
que abate bajo el sol
y la inmovilidad. Estará
la amiga
-un secreto de
cuerpos. Cada uno elevará su voz.
No hay voz que
rompa el silencio del agua
bajo el alba. Y no
hay tampoco nada que tiemble
bajo el cielo. Sólo
hay una tibieza que funde las estrellas.
Estremece sentir la
mañana que vibra
toda virgen, como
si ninguno de nosotros estuviera despierto.
Enero 1935, poema inédito, forma parte de
“Poesía del desamor”.
En: “Poemas inéditos. Poemas elegidos.”,
Ediciones Librerías Fausto, 1975.
Traducción: Horacio Arman. Notas: Italo
Calvino.
Cesare Pavese (Italia, 9 de septiembre de
1908 – 27 de agosto de 1950).
Foto: Casa natal de Cesare Pavese.
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