Porque no podemos sino cantar.
Porque ese es nuestro destino.
¿Lo diré de nuevo?
Porque la única visión es repetirse.
Oh Belleza Oh Destruida
Así comienza este canto.
Cada palabra una semilla de fuego,
cada silencio un acto,
cada hombre un grito,
cada mujer un fruto,
una oscuridad,
un destino.
Aquí o allá: En ninguna parte.
Pero éste es el reino.
Acá comienza el poema.
Acá concluye el sueño.
¿Y para qué ojos?
¿Y para qué la realidad sino para el único instante,
para lo que aún no existe?
Y para qué el poema
sino para el grito,
para la desfiguración absoluta,
para ese espasmo que une la visión a lo visto
como se une la Palabra a la tierra
y el corazón a las cenizas.
Porque un poema es vida para siempre.
En La canción de occidente, Ediciones Último Reino, Buenos Aires, 1981 / Poema I de la Primera parte / Fotos: jmp /
Mario Morales (Pehuajó, provincia de Buenos Aires, 15 de febrero de 1936 - Buenos Aires, 29 de enero de 1987) /
Los textos forman parte de estudio en ejercicios de taller. -
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