DE UN PARPADEO
De un
parpadeo
surge el incendio azul
la dorada levitación
el suave sol-torre volante
cuya profunda ley es la guitarra,
donde vivo probando para siempre
la ventana que surca cielos
el oro-té que ve lo que veré
y la almohada en su rama
del árbol de la vida.
surge el incendio azul
la dorada levitación
el suave sol-torre volante
cuya profunda ley es la guitarra,
donde vivo probando para siempre
la ventana que surca cielos
el oro-té que ve lo que veré
y la almohada en su rama
del árbol de la vida.
De un
parpadeo desaparece.
Otro
mundo
lo negro
que sospecho el fondo de nadie
el revés
la esfera que también es el cubo
me rodea.
lo negro
que sospecho el fondo de nadie
el revés
la esfera que también es el cubo
me rodea.
Parpadeo.
Pero la trampa sigue.
Parpadeo cada vez con más fe.
Pero la trampa sigue.
Parpadeo cada vez con más fe.
Hasta
que aprendo que lo negro dura.
Entonces
mis ojos
quebrando sus goznes
se vuelven hacia mí
tantean con tiniebla mi tiniebla
me palpan sin memoria
me aferran fijos
me destrozan ajenos
aúllan
buscan en mis restos
comen
luz.
mis ojos
quebrando sus goznes
se vuelven hacia mí
tantean con tiniebla mi tiniebla
me palpan sin memoria
me aferran fijos
me destrozan ajenos
aúllan
buscan en mis restos
comen
luz.
EL OTRO
Uno y uno es uno.
Ernest Hemingway
Ernest Hemingway
Yo soy
el otro cazador.
Conexos y escindidos
hemos cazado
según la alianza
siempre juntos:
él relatos y fieras
yo sueños sombras ecos.
Él rodeado de su fiesta dramática
de su glorioso ruido a recios juegos
y a batallas heroicas.
Yo rodeado de orilla suya.
Él siempre ha poseído
recreándolos célebres
mi selva
mi león
mi movimiento de coraje
mi hora de matar.
Conexos y escindidos
hemos cazado
según la alianza
siempre juntos:
él relatos y fieras
yo sueños sombras ecos.
Él rodeado de su fiesta dramática
de su glorioso ruido a recios juegos
y a batallas heroicas.
Yo rodeado de orilla suya.
Él siempre ha poseído
recreándolos célebres
mi selva
mi león
mi movimiento de coraje
mi hora de matar.
A
veces me ha llevado a cazar
por reflejo en sus cuentos
y siempre a detonar sus frases
atravesando temas
en el duro combate
por reflejo en sus cuentos
y siempre a detonar sus frases
atravesando temas
en el duro combate
de su
perfil contra el vacío.
Él ahora ha rendido su escritura.
Él ahora ha rendido su escritura.
Según
el pacto
hoy salgo solo
desencadenado.
Es mi último safari
el único
soy el dueño
del enroscado coto y de su ley
ni miedo
ni piedad
el despojado
sin jauría
el que avisa
es la hora.
Mi gran trofeo doloroso
muy cerca está
rodeándome
esperándote
muy dentro
yo mando
cumple
adiós.
Apunto y le disparo entre mis dientes.
hoy salgo solo
desencadenado.
Es mi último safari
el único
soy el dueño
del enroscado coto y de su ley
ni miedo
ni piedad
el despojado
sin jauría
el que avisa
es la hora.
Mi gran trofeo doloroso
muy cerca está
rodeándome
esperándote
muy dentro
yo mando
cumple
adiós.
Apunto y le disparo entre mis dientes.
En Cazador
en trance y otros poemas, Centro Editor de América Latina, Buenos Aires,
1989. De Las cacerías, 1976.
Amelia Biagioni (Gálvez, Santa Fe,
1916 – Buenos Aires, 2000). Foto: Jmp
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