SOY EL HOMBRE CASADO
Soy el hombre casado, soy el hombre casado
que inventó el matrimonio;
varón antiguo y egregio, ceñido de catástrofes, lúgubre;
hace mil, mil años hace que no duermo cuidando los chiquillos y las estrellas desveladas;
por eso arrastro mis carnes peludas de sueño
encima del país gutural de las chimeneas de ópalo.
varón antiguo y egregio, ceñido de catástrofes, lúgubre;
hace mil, mil años hace que no duermo cuidando los chiquillos y las estrellas desveladas;
por eso arrastro mis carnes peludas de sueño
encima del país gutural de las chimeneas de ópalo.
Dromedario, polvoroso dromedario,
gran animal andariego y amarillo de verdades crepusculares,
voy trotando con mi montura de amores tristes…
gran animal andariego y amarillo de verdades crepusculares,
voy trotando con mi montura de amores tristes…
Alta y ancha rebota la vida tremenda
sobre mi enorme lomo de toro;
el pájaro con tongo de lo cuotidiano se sonríe de mis guitarras tentaculares y absortas;
acostumbrado a criar hijos y cantos en la montaña,
degüello los sarcasmos del ave terrible con mis cuchillos inexistentes,
y continúo mis grandes estatuas de llanto;
los pueblos futuros aplauden la vieja chaqueta de verdugo de mis tonadas.
Comparo mi corazón al preceptor de la
escuela del barrio,
y papiroteo en las tumbas usadas
la canción oscura de aquel que tiene deberes y obligaciones con lo infinito.
y papiroteo en las tumbas usadas
la canción oscura de aquel que tiene deberes y obligaciones con lo infinito.
Además van, a orillas mías, los difuntos
precipitados de ahora y sus andróginos en aceite;
los domino con la mirada muerta de mi corbata,
y mi actitud continúa encendiendo las lámparas despavoridas.
los domino con la mirada muerta de mi corbata,
y mi actitud continúa encendiendo las lámparas despavoridas.
Cuando los perros mojados del invierno
aúllan, desde la otra vida,
y, desde la otra vida, gotean las aguas,
yo estoy comiendo charqui asado en carbones rumorosos,
los vinos maduros cantan en mis bodegas espirituales;
sueña la pequeña Winétt, acurrucada en su finura triste y herida,
y todos nos sentimos millonarios de felicidad, poderosos de felicidad,
contentos de la buena pobreza,
y tranquilos,
seguros de la buena pobreza y la buena tristeza que nos torna humildes y emancipados,
…entonces, cuando los perros mojados del invierno aúllan, desde la otra vida…
“Bueno es que el hombre aguante”, le dijo,
así le digo al esqueleto cuando se me anda quedando atrás, refunfuñando,
y le pego un puntapié en las costillas.
y, desde la otra vida, gotean las aguas,
yo estoy comiendo charqui asado en carbones rumorosos,
los vinos maduros cantan en mis bodegas espirituales;
sueña la pequeña Winétt, acurrucada en su finura triste y herida,
y todos nos sentimos millonarios de felicidad, poderosos de felicidad,
contentos de la buena pobreza,
y tranquilos,
seguros de la buena pobreza y la buena tristeza que nos torna humildes y emancipados,
…entonces, cuando los perros mojados del invierno aúllan, desde la otra vida…
“Bueno es que el hombre aguante”, le dijo,
así le digo al esqueleto cuando se me anda quedando atrás, refunfuñando,
y le pego un puntapié en las costillas.
Frecuentemente voy a comprar avellanas o aceitunas
al cementerio,
voy con todos los mocosos, bien alegre,
como un fabricante de enfermedades que se hiciese vendedor de rosas;
a veces encuentro a la muerte meando detrás de la esquina,
o a una estrella virgen con todos los pechos desnudos.
Mis dolores acuartelados tienen un ardor tropical de orangutanes;
voy con todos los mocosos, bien alegre,
como un fabricante de enfermedades que se hiciese vendedor de rosas;
a veces encuentro a la muerte meando detrás de la esquina,
o a una estrella virgen con todos los pechos desnudos.
Mis dolores acuartelados tienen un ardor tropical de orangutanes;
poeta del Occidente,
tengo los nervios mugrientos de fábricas y de máquinas,
las dactilógrafas de la actividad me desparraman la cara trizada de abatimiento,
y las ciudades enloquecieron mi tristeza
con la figura trepidante y estridente del automóvil:
civiles y municipales,
mis pantalones continúan la raya quebrada del siglo;
semejante a una inmensa oficina de notario,
poblada de aburrimiento,
la tinaja ciega de la voluntad llena de moscas.
tengo los nervios mugrientos de fábricas y de máquinas,
las dactilógrafas de la actividad me desparraman la cara trizada de abatimiento,
y las ciudades enloquecieron mi tristeza
con la figura trepidante y estridente del automóvil:
civiles y municipales,
mis pantalones continúan la raya quebrada del siglo;
semejante a una inmensa oficina de notario,
poblada de aburrimiento,
la tinaja ciega de la voluntad llena de moscas.
Un muerto errante llora debajo de mis
canciones deshabitadas.
Y un pájaro de pólvora
canta en mis manos tremendas y honorables, lo mismo que el pergamanato,
la vieja tonada de la gallina de los huevos azules.
canta en mis manos tremendas y honorables, lo mismo que el pergamanato,
la vieja tonada de la gallina de los huevos azules.
En Poesía
social del siglo XX: España e Hispanoamericana, Centro Editor de América
Latina, Buenos Aires, 1971. Foto: Jmp
Escribe Naín Nómez (Profesor de
Filosofía, Talca, Chile, 1944) en Ómnibus, número 30, enero de 2010:
“Pablo de Rokha nació con el nombre de
Carlos Díaz Loyola el 17 de octubre de 1894 en Licantén, provincia de Curicó,
Chile. Sus padres fueron don José Ignacio Díaz y doña Laura Loyola. Vivió gran
parte de su infancia en la zona de Llico, Hualañé y Vichuquén, pequeños pueblos
de la zona del Maule. Por el año 1897, su padre es jefe de resguardo en la zona
cordillerana y viaja permanentemente con su hijo. En 1901 se traslada a Talca,
donde el poeta empieza a estudiar en la Escuela Pública No 3, cuyo director es
don José Tomás Jara, padre del poeta Max Jara. En 1905, don José Ignacio Díaz
es trasladado a Lonquimay, en la provincia de Cautín y luego administra el
fundo Curillinque en Maule, razón por la cual Carlos interrumpe sus estudios.
Durante ese mismo año da a conocer sus primeros poemas en medios familiares.
En 1906 vuelve a estudiar en el
Seminario Conciliar de San Pelayo, donde permanece hasta 1911 cuando es
expulsado por ateo, pero en verdad por leer autores prohibidos, especialmente
Voltaire y Rabelais. Allí conoce a los clásicos latinos y griegos: Lucrecio,
Virgilio, Heráclito, Zenón y Demócrito. Sus condiscípulos lo llamarán "El
Amigo Piedra", expresión de donde tomará su seudónimo Rokha. Después de
ser expulsado, viaja a Santiago y se da a conocer en los medios literarios con
el seudónimo de Job Díaz. Se instala en una residencial de la calle Gálvez,
termina sus estudios secundarios y da su bachillerato en 1912. Se matricula en
la Universidad de Chile para estudiar Derecho o Ingeniería, pero pronto
abandona los estudios y se dedica al periodismo. Publica algunos artículos en
los diarios La Razón y La Mañana de Santiago y sus primeros
poemas en la revista Juventud de la Federación de Estudiantes de
Chile, ya con el nombre que lo hará famoso: Pablo de Rokha. Descubre la poesía
de Walt Whitman y la filosofía de Friedrich Nietzsche.
En 1914 vuelve a Talca y recibe de
regalo un libro titulado Lo que me dijo el silencio firmado por Juana
Inés de la Cruz. Al ver el retrato de la poeta, se enamora y se vuelve a
Santiago para conocerla. Ella estudiaba en el Liceo No 3 de Santiago, era hija
de un coronel de ejército y se llamaba Luisa Anabalón Sanderson. El poeta le
pide que se case con él y ambos se fugan, realizando el matrimonio el 25 de
octubre de 1916. Luisa será conocida después como Winétt de Rokha.
En 1916, Pablo de Rokha publica su
primer texto titulado "Versos de infancia" en la antología Selva
Lírica. Durante esos años, ejerce diversos oficios para sobrevivir con su
esposa y publicar algunos de sus textos: es corredor de propiedades,
comerciante de frutos de país, pintor, director de revistas, periodista, etc.
Adhiere al movimiento anarquista internacional y autoedita varios de sus
libros, entre ellos Los gemidos en 1922, una de sus obras capitales.
Durante los años veinte, vive en diversas ciudades, entre ellas San Felipe y
Concepción, donde funda revistas como Numen, Agonal, Dínamo y publica
libros como Heroísmo sin alegría, Ecuación y Escritura de
Raimundo Contreras, que anuncian su incorporación a las huestes de la
vanguardia latinoamericana.
A partir de 1930, multiplica sus
obras, su compromiso social (es militante del Partido Comunista entre 1932 y
1938), su amor por Winétt y su crítica al sistema político y social del país.
También nacen varios de sus hijos: Carlos, Lukó, Pablo, Juana Inés, José,
Pablo, Laura y Flor, además de Carmen y Tomás muertos prematuramente. En la
medida que sus obras se hacen más militantes (Canto de trinchera, Los 13, El
canto de hoy, Jesucristo, Satanás, Oda a Máximo Gorki), sus enemigos crecen
dentro y fuera del ámbito literario. El Partido Comunista lo presenta como
candidato a diputado, pero pierde; posteriormente hace clases en la Escuela de
Bellas Artes y es propuesto como candidato a Decano, perdiendo por un voto.
Dirige la revista Principios, auspiciada por el Partido Comunista y es
nombrado presidente de la Casa América, una organización cultural de izquierda.
Adhiere al Frente Popular, defiende a la República Española y su poesía se
vuelca en la defensa de la democracia, el socialismo y el antifascismo. En 1938
renuncia al Partido Comunista y apoya públicamente como candidato a presidente
de la república a Carlos Ibáñez del Campo contra Pedro Aguirre Cerda, quien es
en ese momento el candidato de todas las fuerzas de izquierda.
En 1939 inicia Multitud "revista
del pueblo y la alta cultura", la que con intermitencias se editará hasta
el año 1963. Al mismo tiempo, publica en forma continua en el diario La
Opinión, desde cuyo bastión mantendrá constantes polémicas con los poetas
Vicente Huidobro y Pablo Neruda. Con el mismo sello editorial de la
revista Multitud, mantendrá la publicación de sus futuros libros.
En 1944, el presidente Juan Antonio
Ríos, le extiende un nombramiento como embajador cultural de Chile para toda
América y el poeta emprende un viaje por el continente acompañado de su esposa
Winétt. El periplo se extiende por 19 países con un nutrido programa de
charlas, conferencias, recitales y conversaciones con escritores, políticos e
intelectuales de todos los países que visitan. Entre los anfitriones del poeta
están el pintor Siqueiros, Lázaro Cárdenas, Jaime Torres Bodet, Lombardo
Toledano, Miguel Otero Silva, Juan Marinello, Arturo Uslar Pietri, Juan Liscano
y otros escritores e intelectuales. Cuando el poeta viene de vuelta y se
encuentra en Argentina, en Chile es elegido presidente Gabriel González Videla
quien dicta la Ley de Defensa de la Democracia contra el Partido Comunista, por
lo que el poeta decide quedarse un tiempo en Argentina. Vuelve en 1949, año en
que publica su obra teórica más importante: Arenga sobre el arte, que
incluye la "Epopeya de las comidas y bebidas de Chile". Su esposa
Winétt ha enfermado gravemente y morirá de cáncer en 1951.
La aparición de su monumental
antología de 1954, cierra un ciclo completo de su obra. En 1955 publica su
libro-ensayo Neruda y yo, obra que reaviva las viejas querellas con el
Premio Nobel y que es uno de los ataques más furibundos de un escritor a otro.
Son años difíciles para el poeta, que se encuentra muy solo y vende sus libros
de puerta en puerta para sobrevivir. En 1962 muere su hijo Carlos, también
poeta. En 1964 es invitado por el gobierno de Mao Tse Tung a China y posteriormente
viaja por la Unión Soviética y Francia. Durante el año 1965 le es otorgado
finalmente el Premio Nacional de Literatura, el que a su juicio, "le llegó
casi por cumplido". Poco después, Licantén lo nombra Hijo Ilustre de la
ciudad. A comienzos de 1968 se suicidaban su amigo Joaquín Edwards Bello y su
hijo Pablo. Meses después, el 10 de septiembre de ese mismo año, Pablo de Rokha
moría, suicidándose de un disparo en la boca en su casa de Valladolid 106 en
Santiago.”
http://www.omni-bus.com/n30/index.html
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