ÁRBOL
Para ahorrar tiempo
—dado que tengo una
impresora,
imprimo la mínima
variante, aunque podría evitarlo;
calculo que en todo
mi trabajo
habré empleado un
árbol
en tareas inútiles,
o, de todos modos, evitables.
Querido árbol, no
te enojes.
Tengo poco tiempo,
una vida complicada,
tantos problemas y
tantas dudas.
Me duele haberte
matado para facilitarme la existencia.
Sé que es feo.
De todos modos te
prometo que,
cuando me maten,
no me voy a quejar
tanto.
HIMNO A LOS PROFESORES
Ustedes llevan
encima sus estigmas:
los trastornos
nerviosos
la histérica
verborrea
las arrugas
de fracaso, de
cansancio, de conservadurismo
el color de la piel
grisáceo por la vida sedentaria
por ausencia de
intereses que hace a la sangre
discurrir más
escasamente y más lento
la mirada de
sadismo pederasta
el frío grumo del
deber
que se contrae
en sus carnes
AMIGO
he visitado a un
amigo que estaba muriendo.
me perdonó por
estar vivo. me di cuenta
que siempre me
había avergonzado de esto. Él, en cambio, me explicó
que no debía
sentirme culpable. no lo había hecho al propósito, yo.
me explicó que
estar vivo no era una culpa. no hacía
mal a nadie. pero
fue necesario él para explicármelo. a él le he creído.
me explicó que si
yo hacía mal no era con intención. me perdonó.
me consoló. se
simpático, me dijo, aunque no estés muriendo. en la
vida tendrás tantas
cosas bellas, gustarás a las mujeres. me hizo hacer las paces
con la vida, como
se hace con una novia indolente
NOSOTROS,
MIENTRAS LA CASA SE VIENE ABAJO
Nosotros, que estamos viviendo el comienzo
del colapso de la civilización humana,
nos preocupamos
por cambiar el empapelado de las paredes
y por lustrar
los muebles,
Mientras la casa se viene abajo nos
dedicamos a impetuosas disputas con el portero
y hacemos
proyectos para mejorar (embellecer) las cerraduras de nuestras casas,
nuestras casas
se derrumban y nosotros nos preocupamos de embellecerlas
porque los animales domésticos necesitan un
ambiente sereno
como un cielo
tierno color
lluvia
ESPERA
No poder dormir
comer poco
comenzar a hablar
solo.
no atreverme a ir a
ciertos lugares
donde fuimos
juntos.
volver a casa esperando
encontrar
una nota tuya
a cada ruido de la
escalera
imaginar que eres
tú.
pensar en ti todo
el día
y parte de la noche
contraer las
mandíbulas ya desde hace
más de un mes
sorprenderme por la
noche sonriendo
hablando contigo,
que
no estás
En:
“Polvo”, Ediciones Lustra, 2015. Traducción de Martha Canfield. Selección de
textos: Jmp.
Carlo
Bordini (Roma, Italia, 1938).
Foto: Carlo Bordini,
Myra Jara y José María Pallaoro, en Roma, mayo de 2013. Archivo de la talita
dorada.
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