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jueves, 28 de noviembre de 2013

Guillermo Boido, la poesía no se vende porque la poesía no se vende

INFANCIA

Hay voces.
No es la memoria.
Es el olvido que nos crece y canta.


LÍMITES

a veces el hombre
no cabe en un hombre


ORACIÓN DEL TORTURADO

y haz que la carne no me abandone


TALLER DEL POETA

y aquí se construye el silencio


TEOLOGÍA POÉTICA

En el anverso ha escrito
los nombres de Dios.

En el reverso encuentra
un poema vacío.


SOCIEDAD DE CONSUMO

la poesía no se vende
porque
la poesía no se vende


CERTEZAS

El hombre que va a morir
arranca de sí su torpe animal de palabras,
su oropel de finitud, su incierto
rostro.
Se convierte
en sed de sola presencia:
informe anonimato
de claridad sin luz,
desnudez sin piel, ceguera sin ojo.

De ese vaso vacío beberá la intemperie.
Y se habrá saciado la crueldad de la tierra.


SINTÁCTICA

Ningún hombre tiene nombre todavía.

El sedimento del olvido
yace en la sangre más viva.

Luego cae. Desencadena
su perfección: el silencio.

El sedimento del olvido
permanece: nos vuelve olvido.

Por eso
ningún hombre tiene nombre todavía.


PARMÉNIDES

Allí donde fluye el agua la piedra espera.

Mas nada ocurrirá, nada
que importe,
porque la piedra es solo testimonio
del fluir del agua.

Nada que altere
la espera de la piedra donde fluye el agua.


PERMANENCIAS

Pudo ser de otro modo. Pudo ser
la vida el sitio exacto de la paz
o la batalla.
No esta yerma
tregua sin apuro,
este diálogo amable con la muerte.


CERTEZAS

El hombre que va a morir
arranca de sí su torpe animal de palabras,
su oropel de finitud, su incierto
rostro.
Se convierte
en sed de sola presencia:
informe anonimato
de claridad sin luz,
desnudez sin piel, ceguera sin ojo.

De ese vaso vacío beberá la intemperie.
Y se habrá saciado la crueldad de la tierra.



EL SILENCIO

La palabra es una celda que ha quedado vacía.
Grietas en el muro, tierra que ha servido de mortaja,
un jergón de sueño comido por las ratas,
signos que nadie canta y nadie ama
prueban que allí sólo puede habitar el carcelero.
Porque la vida fue nombrada.
Porque la vida ya no puede ser nombrada.

La palabra es una celda que ha quedado vacía.

a Roberto Juarroz 


En: “La oscuridad del alba, poemas 1970-2005”, Ediciones Virgilio, 2006.

Guillermo Boido (Buenos Aires, 1941 – 2013).

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