La palabra es una celda que ha quedado vacía.
Grietas en el muro, tierra que ha servido de mortaja,
un jergón de sueño comido por las ratas,
signos que nadie canta y nadie ama
prueban que allí sólo puede habitar el carcelero.
Porque la vida fue nombrada.
Porque la vida ya no puede ser nombrada.
La palabra es una celda que ha quedado vacía.
En:
“La oscuridad del alba, poemas 1970-2005”, Ediciones Virgilio, 2006.
Guillermo
Boido (Buenos Aires, 1941 – 2013).
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