EL PARÓDICO
A Leónidas
Lamborghini
Luego de haber
hecho sonar el gong en el lejano Mar Egeo,
florecen los ecos
de una ventana abierta
a los tres enigmas
que contienen el deseo y la muerte,
ellos revelan el
desierto absurdo en el que la razón
se desnuda para
ofrecerse en su verdadero rostro: la sinrazón;
mienten las
ordalías del placer y la memoria,
y ya sabemos del
espejismo ante la desilusión:
el retrato de la
hipocresía y su falsa épica
descifrada en una
historia reciente de saqueos con héroes de hambre.
¿Podría el fracaso,
o su tragedia,
impulsar el humor
de la angustiante imitación?
Esa es la
imposibilidad de sucumbir ante El Modelo,
poeta, poetastro;
tus espejismos
juegan con la mente
que brama febril en
el viaje de la luz a la oscuridad;
espeje su fracaso
entonces, poeta,
que la inutilidad
es el intento,
la vuelta trágica
en la aventura del ser.
Los griegos siempre
lo supieron: los finales son anteriores como los vestigios del Palimpsesto;
y el Poema no es
Grande
si el libro soñado
es la grandeza del poeta,
otras voces
surgirán en esta historia reciente
para que no
juzguemos al paródico, para que seamos piadosos,
con el hombre y El
Gran Poema en su deseo de rozar la belleza,
de ahí que su
reiteración es la del hombre adherido
a los destellos del
fracaso,
o la tragedia del
humor,
como si una
aventura en el transcurrir del tiempo
fuese el cordero
opuesto a su misma esencia,
a su destino cruel
de presentaciones desafiantes,
el hombre lleno de
furia,
insuficiente en un
país de suficientes.
CONTUNDENCIA
Si la claridad es contundente no es claridad, es contundente.
Conrado Yasenza (Lanús,
1967). Poeta y periodista.
Extraído de su blog:
MolinoRojo y Fernet.
Foto: Conrado
Yasenza en FB.
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