Foto: Horacio Castillo. Archivo de la talita dorada, 2004
Mono llorando sobre una tumba
Aquí la boca se llena de espuma, el oído de truenos,
aquí fracasa la lengua prensil.
¿Pero qué prueba esta piedra? Esta opacidad, ¿qué protege?
La mano que ardió en el interiordel
hormiguero
acaricia ahora el lomo pardo de lo inerte,
y debajo o detrás, hondo o lejos, algo se eriza,
demasiado callado para no ser, demasiado vivo para ser,
eso que viaja para siempre de silencio en silencio,
hacia silencios que jamás acabarán.
aquí fracasa la lengua prensil.
¿Pero qué prueba esta piedra? Esta opacidad, ¿qué protege?
La mano que ardió en el interior
acaricia ahora el lomo pardo de lo inerte,
y debajo o detrás, hondo o lejos, algo se eriza,
demasiado callado para no ser, demasiado vivo para ser,
eso que viaja para siempre de silencio en silencio,
hacia silencios que jamás acabarán.
En
“Alaska”, Libros de Tierra Firme, 1993.
Horacio
Castillo (Ensenada, 28 de mayo de 1934 - La Plata , 5
de julio de 2010).
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