MÁSCARA
El perro tirado a tus pies
mansamente te mira.
Desconfía:
sacudirá
su negra piel lustrosa
y te traerá luto y llanto.
No lo acaricies
no dejes que te lama;
de una bofeteada
–que se eche
a los pies de otro
mansamente te mira.
Desconfía:
sacudirá
su negra piel lustrosa
y te traerá luto y llanto.
No lo acaricies
no dejes que te lama;
de una bofeteada
–que se eche
a los pies de otro
POR
MOMENTOS SE LEVANTA…
Por momentos se levanta
a la altura
de la foto
y después cae;
la familia la ha colgado
en un marco
el recuerdo de su triunfo
se la pone por delante:
él mira
piensa que podría
si mujer
enamorarse
enciende cirios cotidianos
silenciosos
a la imagen que ayer fue
heredero defraudado
por causas ignoradas y cercanas
se adelanta hasta nosotros
girando las ruedas de la silla
con sus manos
y después cae;
la familia la ha colgado
en un marco
el recuerdo de su triunfo
se la pone por delante:
él mira
piensa que podría
si mujer
enamorarse
enciende cirios cotidianos
silenciosos
a la imagen que ayer fue
heredero defraudado
por causas ignoradas y cercanas
se adelanta hasta nosotros
girando las ruedas de la silla
con sus manos
TU QUOQUE
bamboleante
babeando
por detrás de la vaca
levanta las manos
y monta.
La vaca
serena
apenas se mueve
es trozo de cuero que encubre
mecánico sexo con ruedas;
excitado
el toro
descarga
sus ansias de vida
arroja
su semen caliente.
El toro se
lanza
veloz
hacia el trapo
la mezcla de colores sigue
detrás de los gritos;
ignora que oculto
lo espera el estoque
y al juego se presta
dócil
de la muerte
veloz
hacia el trapo
la mezcla de colores sigue
detrás de los gritos;
ignora que oculto
lo espera el estoque
y al juego se presta
dócil
de la muerte
En: “La corrupción de la naranja”, Ediciones del
Mediodía, 1968.
Dario Cantón (Nueve de Julio, Provincia de Buenos Aires,
1928).
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