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martes, 1 de junio de 2021

RICARDO DANIEL PIÑA Amarte es lo más seguro


 

(Pensamiento mosca.)

 

Y la poesía

excederá tumbas y olvido.

¡Quién mejor que ella,

sabrá tocar la profundidad y callar!

Qué voz cantará ante lo desconocido.

Ollas de sonrisas y de almas caerán

sobre la fragilidad

del humo de las pupilas.

La herida del poema seguirá pareciéndose

a la catástrofe de un perfume.

¡Oh! Mis manos son tan lentas...

que despertarán acariciando

al silencio y a la miseria,

y mi sangre dolerá.

(Un insecto escondido

en las osamentas que deja el mar.)

En el lenguaje de los ausentes querré el

heroísmo y la gloria.

Y en los aullidos de tristeza y sombra

nos acercaremos a la cordura.

Y así nos protegerá en su telaraña fraternal.

 

¡Qué inútil comienza

a hacerse nuestra grandeza!

cuando el mundo se ríe más y más

y las búsquedas se reflejan sólo

en los espejos del abismo.

 

¡Qué grande y qué inútil

terminará siendo nuestro amor!

 

 

*

 

A la memoria de Sofía Pallares

 

I

 

Hay

muchas formas

de lograr el erotismo del poema.

Una es no decirlo.

ni suponerlo.

 

(Después hay otras.)

 

El sonido de la piel.

Acariciarte.

Tantos colores durmiendo

sobre tu cuerpo.

Después termina

incomodándome

el romanticismo de la

pantalla.

 

Los cuerpos son como gotas

de agua que caen con la tormenta.

Se comienza a calentar la

humedad.

Y el vapor es solamente una

cualidad

de la lluvia del verano.

 

Sofía nos miró con tristeza,

sabía de nuestra pena.

Se estaba muriendo.

Sentía piedad por nosotros.

 

El poema es débil como la

lluvia en el verano.

Su verdadero espesor.

Su verdadera magia,

es la delicadeza,

Sofía.

 

 

II

 

Ni

siquiera puedo pronunciar mi amor.

Ni sacar eso que es como un cansancio

de la pureza.

Eso que me hace diferente y

a la vez me trae al mundo cotidiano.

Y sé que podría esperar para

amar a esa mujer hermosa y

correr el riesgo

de perder todo por

alimentarme de verdad

y de justicia.

Pero soy un hombre en un

mundo repleto de cadáveres

de niños asesinados

por “notables causas”

políticas y étnicas.

Por eso hoy seré como un perro que ahoga

en sus manos la prolongación de su sexo.

Un perro empeñado en

conquistar la soga que lo

sujeta

a esta sociedad miserable.

 

 

III

 

Me

arrepiento y reconstruyo

cada momento

que me dice cosas de

consuelo.

 

Sé que volveré a cargar mi

cuerpo enfermo de memoria

por la hostilidad de hoy.

 

¿Qué haremos si creemos

que echamos a la soledad,

como quien echa una mancha turbia,

pegajosa, de una camisa?

 

Esto podrá ser posible,

Sofía?

 

A Laura Yasan (Bs. As. 1960)

 

 

*

 

La abeja y la torta II. (Dos)

 

Era el crepúsculo entre las acacias.

Aparecíamos debajo de las columnas de luz,

sin nombres,

sin los premios.

El bosque siguió tomando los latidos.

Nos habló.

 

Y una vez más tuve la certeza

al perseguir,

enajenado,

tus ojos atentos y más grandes,

desde el cristal anaranjado de la jalea.

 

Te llegó la porción de torta que me

conducía.

Dulce.

 

Estabas tan dulce...

 

a los 13 días del mes de enero del 2000

 

 

 

*

 

La dinámica de la moral.

y el desarrollo de la bicicleta.

 

La fuerza de la tracción a sangre se traduce

a movimiento máquina, sólo si los pedales

de la bicicleta transmiten la potencia

de las piernas al plato dentado que lleva

la cadena.

Un plato dentado, cuyo diámetro es del tamaño de un plato de cocina.

La cadena es un accesorio que le transmite

la fuerza al piñón, donde está, finalmente,

la rueda, que a su vez, deja fluir la energía

hacia el piso y origina el desplazamiento.

El piñón está fijo a la rueda de atrás

pero está libre de la cadena.

Su diámetro debe ser mucho menor al de

un platito de café. La proporción es: el piñón tiene que ser menor al plato donde van

los pedales. Cuanto mayor sea esa proporción se asegura mayor potencia.

La cadena es un accesorio independiente

y libre. Está ajustado por los extremos.

(Cuál es el extremo de una cadena...?

Si es circular...?)

 

Cuando se suelta,

provoca un desarreglo en la conducción.

Un desborde en las emociones

es un desarreglo en la conducta.

Se justifica el ejemplo de la ciclista pedaleando en falso,

sin trasnsmisión,

con solamente el control del manubrio

y de los frenos de la bicicleta.

Sería:

Los accesorios del corazón desentonan

con la transformación del ego.

El software de la percepción se fue al carajo.

 

La lluvia ya no es lluvia

y la humedad no me importa.

Dejame, no me hables, no me toques.

No me dirijas la palabra.

Odio todo.

No quiero nada de nadie.

No sé si esto va a pasar

y no me importa, por mí puedo estar toda la vida amarga como un pedo de momia.

 

Los componentes de metal, ensamblados

en la bicicleta,

se fatigan con el uso en sus funciones

y ocasionan la pérdida de la energía

que dificulta el ensamble de las partes.

La ciclista pedalea en falso y un gran colchón

de aire envuelve sus piernas, 

desequilibra su cuerpo,

nubla su comprensión,

su visual,

y ella piensa:

Uh...! Qué habrá pasado?

Dónde estoy?

O me fracturé,

o me esguincé,

o me fisuré?

No puede ser... Para qué levanto las piernas?

Es extraño. No siento nada. Solamente

los pozos de la calle.

 

...

 

¿Me pisó un colectivo y estoy desarrollando

esa especie de sueño de los moribundos?

¿En cualquier instante voy a empezar a ver

una luz, allá en el fondo?

¿Me habrá chocado un auto y me golpeé

la cabeza y estoy en el paraíso de los peatones muertos por accidentes viales?

¿Todavía no me enteré?

¿Enterarse de algo, tendrá que ver con algúna manifestación de la conciencia?

¿Qué dirá mi familia cuando sepa lo que pasó?

 

...

 

¿Dónde será el velatorio?

¿Será cerca de casa?

Pensar que hasta hace un instante soñaba

con el baño que me voy a pegar

cuando llegue a casa...

 

...

 

...Ahhh..!    ....Bueeeno...!

Ta´bien...

Se me soltó la cadena...

Con razón me sentí afuera del mapa

de Buenos Aires, de Argentina,

del planisferio.

Qué cagada, ahora.

Voy a tener que engrasarme las manos

para poder seguir y llegar lo menos tarde.

 

Es una microcentésima de segundo

en el desorden de la percepción.

Parece que se liberase el pulso del artefacto hacia una velocidad insospechada.

Un cuerpo sorprendido dirigido por la calle

llena de autos.

El bondi 25, el 46, el 86. Taxis.

Autos particulares. Los carritos de los cartoneros y los vendedores ambulantes...

 

La bicicleta se sostiene en un hilo imaginario invisible que pasa desde

el 300 de la calle Brandsen

(la avenida Almirante Brown), hasta el 1400

(la avenida Regimiento Patricios) envuelta

en una atmósfera de quietud,

llena de fragilidad y de inocencia. 

La ciclista, en ese momento,

tiene sólo la intención de llegar entera.

 

Esta cadena no es la misma cadena

de la esclavitud.

Nunca se usó una bicicleta para someter

una cultura aborigen

por una potencia extranjera.

Tampoco se usó para arrear, como ganado,

a millones de trabajadores

persas, asirios, caldeos, judíos,

egipcios y árabes,

para construir bóvedas gigantes

para los emperadores.

Con piedras transportadas desde cientos

de kilómetros, en el antiguo Egipto.

(Hubiese sido fantástico ver a millones

de trabajadores yendo en bicicleta

a trabajar a la construcción de las pirámides.)

 

Esta cadena no es la misma cadena

de juramentos, códigos, justificaciones, honorarios, prejuicios , hipocresías

que ata a la mujer

a la conducta del varón.

(¿La esclavitud de género?)

Esta cadena no aísla a nadie,

de ninguna cosa imaginable. 

No se pensó para eso.

No atrapa y no sujeta. 

Si impide algo, seguramente,

no es del orden de la dinámica de la moral.

Eso es lo más seguro.

Amarte es lo más seguro.                           

 

A Leomiau in to the Galway´s blue sky.

1 de febrero de 2007

 

 

 

Selección y fotos de jmp, de los libros Galaxia mosca, 2002; Luces y sombras para Sofía (Pallares), 2004; Poesía extendida, 2004; La bicicleta, 2007

Ricardo Daniel Piña (Buenos Aires, 22 de agosto de 1962) / Fotos: jmp

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