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lunes, 13 de agosto de 2018

FERNANDO NOY El único Dios que nos queda





En Hebra incompleta

Libro primero El poder de nombrar

ÚLTIMO FÉNIX

Aún más solo que el mago
ante la araña inmensa
cirio de piel y hueso
consumido en sí mismo
para ofrendarse en rezo
a los dioses sin templo
al corazón sin morada
y al espacio vacío

Husmeante cancerbero
del umbral de otras vidas
Volviendo desde sí
eternamente otro
pero aún más acá
que el mal o la inocencia
como una propia estrella
habitada por sus ojos
Es el poeta


Libro segundo Dentellada

PLIEGO ORIGAMI

Y desde siempre
cuando el frío corroe los tobillos
oigo una feroz carcajada
desparramando el rostro secreto de las cosas

Ya muy lejos se ha ido
la tan curiosa autómata
condenada a su suerte
de papel de armar

Sin embargo
esto que ahora callo
no es más que el balbuceo de su corazón
atravesado para siempre
en la trampa de mi boca


Libro tercero La orquesta invisible

VAIVÉN

Tengo miedo
De caer del tiempo
Porque es el único
Dios que nos queda


LA ORQUESTA INVISIBLE

Mi madre
La lluvia
Ha  muerto
O debería decir
Simplemente
Que cesó de llover
Mi padre
El bosque
Agoniza
O mejor escribir
Que ha llegado otro otoño

Mi amor en la niebla
Se viste de oro y llama
O debería callar
Que ha llegado la luz
La luz
Siempre desnuda
En lo que engarza


En Piedra en flor

I

CIRCUITO

Al fin de cuentas
   los novelistas
             envidian a los cuentistas

Los cuentistas a los poetas

Mas
    los poetas
             a nadie


VICEVERSO

En la roja alameda pintada por Moreau
toda sombra es un pez
       emancipado de tus lágrimas

Olas del mar ambiguo
que ríe igual al llorar
y así
   desde ese vértigo inaudito
                          al fin
                                te atrapa


II

ULTIMÁTUM

Locos
   que se dicen poetas
      fabricando libelos
         super preocupados
              por la foto de tapa

Van a presentaciones
   para embriagarse un poco
      coleccionando contactos
                  que después serán sobres
           ametrallando postales
             tan absurdas como ellos

Bestias
   ansiando galardones
      rumbo al mármol infame
          de la improbable gloria

Gentusa
   plagiando lo plagiado
      para creerse creadores

En realidad
   no debería hablar de ellos
      el mal
        por sobre todo
          reclama nombradía

Incluso son legión
   admirándose enfermos entre sí
     con los otros dementes
       que también decidieron
          bautizarse poetas

Por algo proliferan
        como lepra del verbo

Poetastros
     con libros diplomados
         de matar la poesía

Una deidad por siempre inextinguible
     ajena y lejos de ellos


CASTIGO

El que cortó ese árbol va a morir
quizás un poco antes de que el sauce resurja
Quedaron blindadas sus raíces
y faltan pocos veranos
para que vuelva a erguirse
triunfal siempre en la esquina
Hasta que esto ocurra
el podador maléfico
también reencarnará de nuevo
Tal vez en piedras mudas
resbalosas de aceite
alrededor cuidando
que las hormigas no vuelvan a trepar
devorando sus ramas


III

NUNCA

Jamás
   las hojas de otoño
ensucian el camino

Al contrario
   lo  enjoyan
   ya  embriagado de barro

Todo
   estará muerto
alguna vez

Menos
   esta imagen
que
te
toca


ADIÓS

Una flor
desde siempre
reclamé una flor

A diestras y siniestras
una flor

Y nunca nada

Quizás
sólo pedí
lo que muy dentro mío
tal vez sobre una piedra
estaba por brotar


“Yo jamás me senté a escribir ningún poema. Cuando aparecen, ahí sí puedo usar cualquier soporte; o una piedra, o un regazo, o una mesa de bar, o el subte a la hora pico. Mi cuerpo está ajeno, pero al mismo tiempo, logra sentirse en el corazón de las palabras hasta ahora nunca reveladas, al menos para ese yo que sería un mí ajeno como dijera antes. 
La poesía es siempre revelación nunca antes dicha, sobre todo para quien la ejecuta. Una música ajena al pentagrama y quizás también al propio lenguaje. Va más allá o acá o adentro o abajo o arriba, que cualquier brújula previsible. Es pura perdición que al mismo tiempo canta por haber encontrado su camino.” Fernando Noy (en EL INFINITO VIAJAR Revista Virtual de Arte y Poesía)

 

Una amiga del corazón me acercó estos dos libros. En Hebra incompleta (incluye tres libros: El poder de nombrar, Dentellada y La orquesta invisible), Ediciones del Paraíso, Buenos Aires, 2006. En Piedra en flor, Ediciones del Paraíso, Buenos Aires, 2011.
Fernando Noy (San Antonio Oeste, Provincia de Río Negro, 17 de noviembre de 1951). Foto: Jmp

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