ACCIDENTE
Mis hijos salen casi de noche de la escuela. Es peligroso. Son pequeños
y aquí oscurece tan temprano. Los padres hemos formado cuadrillas para
buscarlos y repartirlos en sus casas.
Ya
ubicados en el hogar, les damos la cena, conversamos un poco y los mandamos a
la cama.
Como todos los críos se parecen, muchas veces no me doy cuenta de que
siempre son niños distintos los que viven conmigo.
ANIMALES FEROCES
III
Se
aleja después de hacer el amor conmigo. Dice que entre mis piernas vive un
animal que lo quiere devorar.
Demasiado pronto descubrió mi secreto.
TUMBEROS
Miran desde detrás de una ventana. Algunos ni siquiera miran ya. Caminan
cabizbajos y con las manos cruzadas sobre la espalda, como avergonzados o
meditabundos. Esperan. Esperan que algo suceda, algo que los saque del silencio
y la rutina. O del ruido y el tedio. Da igual. Esperan.
Mientras,
acatan servilmente todas las órdenes. Son como marionetas de un artista
demente. Y lo saben. Pero aun así…
Se
entretienen con poco (o casi nada). Los días se suceden en un continuum
absurdo. Se parecen entre sí. Son iguales, afirmaría alguien, distraído.
Miran.
Empiezan, de a poco, a perder la percepción de los colores. Esto sí les pasa a
todos. Su vocabulario cambia y no es sólo para adoptar el vocabulario propio
del lugar. Ya no nombran a los colores. Todo es “esto” o “aquello”. Pronto
dejarán de mirar, y entenderán por qué aquí le dicen “la tumba”.
EL OTRO
El
niño mira desde detrás de su ventana. Sus ojos buscan al otro niño igual a él,
que vive en algún lugar de este mundo. Él lo sabe muy bien y está seguro de que
en algún momento se encontrarán.
Está confinado a la habitación de grandes ventanales. Su madre dice que esta enfermedad terminará en algún momento en un tiempo que no es este.
Está confinado a la habitación de grandes ventanales. Su madre dice que esta enfermedad terminará en algún momento en un tiempo que no es este.
Él
cree que ese otro niño igual a él está sano y juega a las escondidas con otros
niños. Sabe, también, que ese niño explora y conoce mundos que él sólo puede
imaginar.
De los libros Animales feroces (“Accidente” y “Animales feroces III”) y Ni en
tus peores pesadillas (“Tumberos” y “El otro”).
Ildiko Nassr (Río Blanco, Provincia de Jujuy,
Argentina, 1 de abril de 1976).
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