LOS DESAIRADOS
Los desairados
bajo el amor,
los
que nadie quiere
por su gordura, rabia acumulada
o por su escualidez rencorosa;
los siempre desdeñados por feos o tontos o viejos,
llega un día en que se arman de valor,
gastan lo que no tienen en comprarse una Uzi
y antes de despedirse con un tiro en la sien,
por su gordura, rabia acumulada
o por su escualidez rencorosa;
los siempre desdeñados por feos o tontos o viejos,
llega un día en que se arman de valor,
gastan lo que no tienen en comprarse una Uzi
y antes de despedirse con un tiro en la sien,
ametrallan
al mundo entero.
NUEVO ORDEN
Lo acumulado se rebela en caos,
secuestro bajo la muchedumbre ingobernable
de papeles y objetos.
No hay que rendirse al pasado
sino echar por la borda el lastre.
Lo que fue hecho para frenar el instante
se transforma en cadáver de aquel instante.
Vivir ligeros, sin souvenirs, sin archivos.
Lo que ha sido se ha ido.
Ya se fue.
El mañana
vendrá como quiera y sin miramientos.
Sobre todo sin miramientos.
LA DERROTA
El que
piensa por todos prohibió pensar.
Su
palabra es la única palabra.
Él dice todo sobre todas las cosas.
Él dice todo sobre todas las cosas.
Sólo
existe algo que él no puede prohibir:
los sueños.
los sueños.
Noche
tras noche
la gente sueña en acabar con el que piensa por todos.
la gente sueña en acabar con el que piensa por todos.
De:
El silencio de la luna (1985-1996). En: Tarde o temprano (Poemas, 1958-2009),
Fondo de Cultura Económica, 2009.
José
Emilio Pacheco (México, 30 de junio de 1939 – 26 de enero de 2014). Foto: Jmp
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