Una avenida cubierta de hojas arrancadas
por el viento del oeste,
Una
ventana medio escondida por los libros bajo el sol poniente.
Soy
viejo, temo mezclarme en los asuntos de los hombres.
El
tiempo es frío, no salgo de mi casa.
*
Centellea la montaña esmaltada de flores;
las nítidas cascadas se tiñen de un suavísimo azul, en la exacta armonía de los
colores entrelazados.
De trecho en trecho, nos salen al camino
pinos y encinas de robustos troncos y soberanas copas.
De piedra en piedra, franqueo los
torrentes; cantan las aguas saltarinas, y por la abertura de mi túnica, recibo
la caricia tibia de la brisa.
¡Oh, qué felicidad pasar así toda la vida!
¿Por qué, pues, inclinarse ante los demás hombres y seguirlos? ¡Ah, si fuéramos
dos o tres compañeros, para permanecer aquí hasta la vejez, sin hablar nunca de
retorno!
En: “Segunda antología de la poesía china”, Revista de Occidente,
Madrid, 1962. Traducción directa del chino: Marcela de Juan.
Han
Yu (China, 768-824). Dinastía Tang y periodo de las
cinco dinastías (618-960).
Foto:
José María Pallaoro. Liquidámbar en el jardín, otoño de 2016.
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