HACE TIEMPO LEÍ…
Hace tiempo leí, no
recuerdo dónde, que los malos poetas se reconocen por su inmoderado apego a los
árboles de hoja caduca: una de las típicas tonterías que sólo sirven para
individualizar las sensibilidades mutiladas y resentidas. Renunciar a las
imágenes que nos conceden las estaciones del árbol es la prueba más palpable de
que se ha emprendido un camino opuesto a la de la poesía. Si poesía es el
pensamiento que nos reintegra a la materia por medio de imágenes, en ese
retorno, la planta florecida y la arboleda otoñal constituyen figuras puras,
irreemplazables. Negarlas significa empobrecer hasta la muerte la función
poética del lenguaje. Por poética entiendo una palabra que, dirigida al corazón
del hombre, prescinda por completo de la mediación de los especialistas.
En:
“De un día a otro”, Grupo Editor Latinoamericano, 1997.
Ricardo
H. Herrera (Buenos Aires, 1949).
Foto: Pacha y otoño
en City Bell. Jmp.
No hay comentarios:
Publicar un comentario