I
Entre y
cierre la puerta que detrás vienen los presagios.
Aquí no encontrará más que tristeza y pequeñas fatigas
azules buscándosecomo
torres a larga distancia.
Entre y ubíquese en diagonal a las pesadillas, que para
estar tranquilo basta hacer el pan diariamente sin pausa
y retribuirlo para no quedarse solo.
Voy a encender el espectrodel
bosque.
Necesito una mirada que pueda más que el agua, que el
dominiodel
tiempo sobre la inteligencia, que ese fuerte
dolor a aguacero en lo sentidos.
Siéntese tal cual ha nacido, Con pocas palabras, que hoy
descubrí un capullo con diez años de antigüedad y conocerá
usted la belleza que nunca ha entrado por los ojos.
¿Siente el rocedel
planeta?
Pronto desplegará el cielo la fila de perdices, esos privilegios
de invierno en los campos.
Estasoledad
que prepara el ángel.
Aquí no encontrará más que tristeza y pequeñas fatigas
azules buscándose
Entre y ubíquese en diagonal a las pesadillas, que para
estar tranquilo basta hacer el pan diariamente sin pausa
y retribuirlo para no quedarse solo.
Voy a encender el espectro
Necesito una mirada que pueda más que el agua, que el
dominio
dolor a aguacero en lo sentidos.
Siéntese tal cual ha nacido, Con pocas palabras, que hoy
descubrí un capullo con diez años de antigüedad y conocerá
usted la belleza que nunca ha entrado por los ojos.
¿Siente el roce
Pronto desplegará el cielo la fila de perdices, esos privilegios
de invierno en los campos.
Esta
IV
Ave
tordo
chajá.
Rubio de la serpiente, partes de ángeles, alazán manos
blancas y la exactitud
¿Y la exactitud
He venido por ese tajo que florece sobre la frente, con el
oído sobre todos los oídos de la inmensidad.
He sentido la vida
Sauce que mira largamente el orden, cuervos, testigos
rastro de la conciencia.
Todo arde
En el encierro
los madrigales.
Una especie pegada hueso tras hueso en las claras durmientes
Aquí donde el Renacimiento vuelve al fuego de los renacimientos,
el agua dura sonríe a la pradera, al engranaje,
al declive…
Viendo el poro abierto de la reflexión sobre la tierra.
VII
Me detuve con
Donde pasaba el reloj todos los días y la caricia voladora
dejaba nuevas clemencias de luz, en lo profundo
silencio.
Salí del nido con el embrión vegetal sobre la frente.
Volé busqué cuatro caminos, porque estaba la razón fijada
sobre mi plumaje antiguo, que sabía
árbol,
palabras nuevas.
Volé construí mejor los ojos, compartí
la ciencia en el amanecer.
No fue la razón sino la dalia
todos los paisajes mi nido.
En la rara pendiente….
Elida
Manselli (Buenos Aires, 1941-2013).
Poemas del
blog de Elida Manselli.
Foto: Daniel Grad, 6 de junio de 2001, La Maga , Ciclo Huasi.
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