LECTURAS
Y esperabas el arribo de la siesta
para leer tu diario en llamas
en la hueca reposera del silencio
Ya callados los pájaros
bajo amenaza el viento
dominando el motín de los sentidos
te ibas fundiendo a la intemperie
y ni siquiera la llegada de la noche
lograba divorciarte del paisaje
Apetencia voraz de tu intelecto
Genio y figura
Así caías de la tinta a la catrera
con la sola gimnasia de unos párpados
obligados penosamente al sueño
Las brasitas del día arrinconadas al fin
y la rumiada pastura de un periódico.
A Olaf Stapledon
HUEVOS FATÍDICOS
La panza tiesa de los días
se apoya laxa en las comisuras del mundo
Van pasando las horas como imanes
Este naufragio aspira a ser certeza
Se ha borrado la línea divisoria
entre la espiga y el suelo
Ya no hay mar donde empollar
los fatídicos huevos de la ira
Todo cabe en este caldero de pócimas
austeras
Y los días
combados por el peso de las revelaciones
aguardan a la sombra nuevas nupcias
Inclemencias montadas por la biología.
A Mikhail Bulgakov
CAPUT MORTUUM
Entonces
de su cabeza ensangrentada
sale volando la alondra.
JULIO LLINÁS
Corre el lápiz más lento
de lo que debiera
Aún así
sigo pecando de poeta adocenado
Soy otro caso de versillo fácil
Con la salida del sol
hizo efecto el jengibre
ya no me oprime la migraña
pobrecita
Qué será de ella
el día que yo falte
Huérfana de cuello
será un silencio roto
entre dos truenos
Una pulsión a recordar
Toda vez que me nombren.
A Robert Bloch
EL MIEDO MANEJA EN LÍNEA RECTA
Ella despierta El Miedo maneja en línea recta
Ella no sabe dónde duerme apretada la belleza
Sólo admite un sueño de tragedia griega
como si los dioses chusmearan con la almohada
los más grises secretos de un marido
Ella lo despierta con el más común de los lugares
Su pubis un grueso alfiletero
Él la calma seguro de sí y de su amor
Frota ventanas desiertas
Reduce aquel sueño a una ecuación inexistente
La vaguedad de la escena se desliza
como un pan que nadie muerde en la vigilia
El sol hábil en subir los ánimos del pájaro
aniquila el pavor de lo irreal
Él la colma de escamas de sábanas gastadas
para que Ella abreve en lo tangible
En tanto el Miedo desconcertado por el clímax
saca la mano para doblar.
A Theodore Sturgeon
En: “Las
puertas de Tanhäuser”, El Mono Armado, 2011.
Eduardo
Espósito nació en Buenos Aires en 1956.
Poeta y
coordinador de talleres de escritura.
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