YESO
Silencio. Aquí se
ha hecho ya de noche,
ya tras del
cementerio se fue el sol;
aquí se está
llorando a mil pupilas:
no vuelvas; ya
murió mi corazón.
Silencio. Aquí ya
todo está vestido
de dolor riguroso;
y arde apenas,
como un mal
kerosene, esta pasión.
Primavera vendrá.
Cantarás “Eva”
desde un minuto
horizontal, desde un
hornillo en que
arderán los nardos de Eros.
¡Forja allí tu
perdón para el poeta,
que ha de dolerme
aún,
como clavo que
cierra un ataúd!
Mas... una noche de
lirismo, tu
buen seno, tu mar
rojo
se azotará con olas
de quince años,
al ver lejos,
aviado con recuerdos
mi corsario bajel,
mi ingratitud.
Después,
tu manzanar, tu labio dándose,
y que se aja por mí
por la vez última,
y que muere
sangriento de amar mucho,
un croquis pagano
de Jesús.
Amada! Y cantarás;
y ha de vibrar el
femenino en mi alma,
como en una
enlutada catedral.
De: “Los
heraldos negros” (1918-1919).
En: “Poesía completa 1”, Página/ 12 Losada, 2006.
César
Vallejo (Santiago de Chuco, Perú, 16 de marzo de 1892 –
París, Francia, 15 de
abril de 1938).
Foto: CV en 1929, d/p.
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