LA MITAD DE UNA PALABRA
Ella, con su vestido
aún intacto,
deambula
por la casa con la mitad de una palabra
apretada entre los dientes,
y busca
en los rincones
fragmentos.
NO ALCANZA
No alcanza el atardecer en el valle.
Y hay aguiluchos amontonados
sobre el cuerpo de una yegua alazana.
Existir es demasiado.
Y no alcanza.
UNA ARTERIA
Un tronco reseco
a la deriva
arrastra materia degradada en el tiempo,
fragmentos fijos de memoria,
bolsitas negras y blancas.
Un tronco reseco
a la deriva
por una arteria aún flexible del insomnio
que lentamente se endurece.
EL CHARCO
Un mecanismo complejo se exige demasiado
y provoca un desvío: el tiempo derrama
un fluido oscuro en el metal.
Prolijamente
algo se vacía
de contenido
y produce un charco alrededor.
EL VIAJE
Inmóvil la noche en la ventana del tren
que avanza como una escritura
en línea recta hacia el sur.
Inmóvil la luna sobre el mapa.
En “Cuaderno blanco”, Alción Editora, Córdoba, 2009
PEQUEÑAS TAZAS BLANCAS EN FILA
Ella dibuja recuerdos en el aire
y clausura las ventanas
para que no entre el viento de las sierras.
Ella pega viejas fotos sobre fotos nuevas
en álbumes que aún no existen
y mira alrededor y espía
la intemperie que se forma a sus costados.
Ella coloca pequeñas tazas blancas en fila
sobre la superficie roja de un mantel.
LARGA NOCHE
Tal vez es sólo eso,
el tiempo, la existencia:
un patio con dos aljibes,
los discos de Serú, los de Floyd,
y la espuma que se forma
en la parte superior del vaso
al echar coca en el fernet,
en una larga noche fugaz.
De “La fragilidad”, inédito
Matías Vernengo (Buenos Aires, 6 de mayo de 1963 - San Luis, 28 de marzo de 2010).
No hay comentarios:
Publicar un comentario