BAUTISMO
Es tan fácil pasar de la luz a la oscuridad. El poema (lo podés leer más abajo) es de Henry Treece (1911-1966). La versión de Juan Carlos Villavicencio. El poema lo canta Joan Báez (1941), está en su disco “Baptism” (Bautismo, Un viaje a través de nuestro tiempo, 1968). Entre otras pequeñas maravillas de los cántaros, canta y dice poemas y textos de Whitman, Prevert, García Lorca, James Joyce, Rimbaud, John Donne… Ningún hombre es una isla. Lo escuché ayer mientras esperaba. De tropezar, caerse, levantarse otra vez, estamos hechos de equivocaciones. Es tan fácil pasar de la luz a la oscuridad, cuando en realidad no somos ni lo uno ni lo otro.
¡NO DEBES ENTRAR DE NOCHE AL BOSQUE!
“El bosque está lleno de fulgurantes ojos,
El bosque está lleno de pies arrastrándose,
El bosque está lleno de diminutos alaridos:
¡No debes entrar de noche al bosque!”
Encontré a un hombre con ojos de vidrio,
Y un dedo tan enroscado como gusano retorciéndose,
Y el pelo todo rojo con podridas hojas,
Y un palo que silbó como una serpiente de verano.
“El bosque está lleno de fulgurantes ojos,
El bosque está lleno de pies arrastrándose,
El bosque está lleno de diminutos alaridos:
¡No debes entrar de noche al bosque!”
Él me cantó una canción usando palabras al revés,
Y dibujó un dragón en el aire para mí.
Vi sus dientes a través del dorso de su cabeza,
Y de su pelo ojos de una rata pestañeando.
“El bosque está lleno de fulgurantes ojos,
El bosque está lleno de pies arrastrándose,
El bosque está lleno de diminutos alaridos:
¡No debes entrar de noche al bosque!”
Él me hizo un centavo de una piedra,
Y me mostró cómo atrapar una alondra
Con una paja y una nuez y una palabra susurrada
Y una pizca de jengibre envuelto en una hoja.
“El bosque está lleno de fulgurantes ojos,
El bosque está lleno de pies arrastrándose,
El bosque está lleno de diminutos alaridos:
¡No debes entrar de noche al bosque!”
Él me preguntó mi nombre, y dónde vivo yo;
Le dije un nombre de mi Libro de Cuentos;
Él me pidió venir con él al bosque
Y bailar con los Reyes que viven bajo las colinas.
“El bosque está lleno de fulgurantes ojos,
El bosque está lleno de pies arrastrándose,
El bosque está lleno de diminutos alaridos:
¡No debes entrar de noche al bosque!”
Pero yo vi que sus ojos tornaban en fuego;
Y vi crecer las uñas en su retorcida mano;
Dije todos mis rezos precipitadamente,
Y me encontré a salvo en la tierra de mi padre.
“El bosque está lleno de fulgurantes ojos,
El bosque está lleno de pies arrastrándose,
El bosque está lleno de diminutos alaridos:
¡No debes entrar de noche al bosque!”
Que belleza!
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