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martes, 4 de julio de 2023

HUGO TOSCADARAY Qué puede darte un poeta



ELLA Y LOS DÍAS

¿Pero qué puede darte un poeta? Le dije.
Mientras con un dedo yo me sostenía de una raíz diminuta 
oscilando en el borde del acantilado.

Sí. Qué puedo darte con mi trabajo de encantador de serpientes.

Qué puedo darte en medio de una realidad que el mundo sacraliza
si siempre he vivido saltando entre los huecos igual que las arañas.

¿La otra realidad? ¿Mi lirismo? 
¿Visiones de lo imposible?

Qué puedo darte. ¿Imágenes? 
¿El poder blasfematorio que agitaba el surrealismo?

¿La persecución tenaz e inútil de lo más inasible puedo darte?

¿Mi cíclope, que con su ojo demoledor intenta atravesar todas las cosas 
y poco lo consigue? 

¿El niño que me habita? ¿Eso puedo darte?

Ella nada dijo. Y caminamos.


LOS OTROS NOMBRES

1.

Hablo de un árbol bajo cuya sombra hubo el estallido
la turbación, el fracaso.

Un árbol, su tronco, que mis manos arañaron mil veces
por no poder ni rozar el verso inaccesible. 

Y el incendio en los ojos y la lengua 
o la desesperación del poema derrumbado
esa misma que como un cimbronazo de la cintura de Ayesha
atravesaba las sienes.

Y en el centro de todo: ese árbol.
Un árbol llamado Vallejo
inapelable y firme. 

Un árbol imposible
erigido entre una piedra blanca y otra negra.


2.

Cada huracán es bautizado tras la hecatombe
de modo tal que a su regreso pueda ser nombrado.

Y el huracán Rimbaud llegó por única vez. 
Pero arrancó las cosas de tal forma 
que los hombres olvidaron cómo era todo antes de su llegada crujiente. 

Tras la devastación, el silencio. 
Una hoja escrita es ahora arrastrada por el viento. 
Una hoja que anuncia la revuelta.


3.

Hay una selva cuyo nombre es Perse.

Esta selva contiene un misterio más grande que todas las selvas. 
De esta selva se sabe dónde empieza pero jamás dónde termina.

¿Esta selva acaso es infinita? 
¿O simplemente ocurre que al acercarnos a sus límites 
ella crece y crece más allá del horizonte? 

Yo estuve perdido en esta selva. Años y años girando. 
Comiendo de sus frutos generosos. 
Durmiendo al amparo sensual de sus palmeras. 
Jugando con los monos y con los guacamayos. 


PAGODAS

1.

Al tío Ho le gustaba conversar con los niños bajo la sombra de las esterillas. 
Les hablaba de reyes decapitados, de príncipes traidores,
del dragón de los arrozales que incendiaba la cabellera de los impiadosos.
De las largas caravanas que trasladaban mágicas piedras y animales increíbles.
De los bandidos tumultuosos que asolaban las aldeas y de su contra cara:
Los pícaros contrabandistas que -siempre generosos-
aplacaban el hambre de los viejos y claro, también, la sed de las muchachas.

Al tío Ho le gustaba conversar con los niños bajo la sombra de las esterillas. 
¡Y cómo reía el tío Ho con la risa de esos niños! 

 Al tío Ho -ahora el poeta Ho Chi Min- le gustaba conversar con los niños 
bajo la sombra de las esterillas a pesar de los bombardeos y el napalm. 

Años después, aquellos niños ya hombres, 
supieron que bajo la sombra de las esterillas 
habían estado escuchando el trino venidero. 


2.

Yukio Mishima ingresó en el pabellón dorado 
buscando la huella del samurái perdido.

Yukio Mishima solía decir que añoraba el pasado porque amaba el futuro. 
Él sabía -o al menos presentía- que esa huella 
lo llevaría hasta la barba misma de las tradiciones más puras 
que su gente dolorosamente había olvidado.

Yukio Mishima comprendía o se esforzaba por imaginar 
que con esa búsqueda su pueblo recobraría la felicidad.

Yukio Mishima -ahora el poeta Yukio Mishima- 
ingresó en el pabellón dorado buscando la huella del samurai perdido
y encontró la rebelión y mudó en harakiri.


OTRAS ARENAS

En la jaula de la hoja: el poema.
Encierro que libera.

*

Existe la ausencia de sonido pero no el silencio. Todo es lenguaje.

*

La prosa es el camino hacia algo inalcanzable.
El verso, el atajo.

*

¿Qué es más veloz: una Harley Davidson o la palabra “antílope”?

*

Podría ser Pegaso. Pero no.
El poeta es un caballo con las alas para adentro.

*

En la iridiscencia de la piedra o en el limonero despojado:
La llave de las revelaciones.

*

Poema, chispa inesperada
en medio de la batalla entre el bostezo y las moscas.




En Elogios o las alucinaciones del derrumbe (Ediciones Homo Ludens, 2015) / Selección de jmp / Fotos: HT en FB / 
Hugo Toscadaray “nació (el 26 de agosto) en la ciudad de Buenos Aires en 1957. Ha trabajado en el puerto de Buenos Aires. Fue publicista, vendedor de perfumes sofisticados, fundidor de iniciativas comerciales, burócrata y coordinador de talleres literarios en centros culturales y en la Universidad Nacional de San Luis. Ejerce el periodismo. Alterna su residencia entre su ciudad natal y un bello pueblo de provincia.” Falleció el 3 de julio de 2023. Hasta siempre poeta. 
Los autores y textos forman parte de estudio en ejercicios de taller, y su destino es solo para este objetivo.-

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