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jueves, 16 de febrero de 2023

GUSTAVO TISOCCO Me gustan los hombres tristes



Como mi madre 
yo también nací reina 
enjaulado en este cuerpo esclavo y sediento 
prisionero de un designio 
en el que no me reconozco. 

Soy reina 
porque elijo serlo 
y perpetúo así una especie rara para algunos 
no tanto para otros. 

Si tengo diamantes y rubíes en mi corazón 
soy reina 
aunque me tilden de perverso 
me señalen y se escondan 
no naden en mi río. 

Soy reina 
y me poseyeron hombres oscuros 
que con el día se disipaban 
dejándome solo y triste 
como a Juana, Isabel o Cleopatra. 

Soy reina y no tengo palacios 
ni abanicos en mi rostro 
tampoco habito en los cuentos 
ni me despertarán con un beso 
pero tengo diamantes y rubíes en mi corazón 
y me bautizo reina, 
me perpetúo así, como mi madre.


Entonces no estaba mal 
tocarse bajo las sombras 
y que el árbol sea testigo del calor 
                                         del deseo. 

Pero un viento tenaz increpaba 
y sentíamos pecado 
en aquello que al fin no estaba prohibido. 

No estaba mal 
sentir el gusto a menta 
desde la boca del otro, 
sentirse por un instante 
la triste durmiente 
la que espera siempre 
la que llora por amor en los puertos. 

No estaba mal después de todo 
indagar lo que sentíamos 
como un amuleto de libertad 
y que esa libertad no sea precipicio. 


Muchos hombres llevan mi marca 
y andan por ahí 
recordando mi canto triste 
indagando esos rincones que conocíamos 
y andan flotando o cayendo 
por enormes trampolines 
y son trapecistas 
o felinos 
o migajas. 

Esos hombres marcados 
tienen en su sangre la derrota y la victoria, 
el desdén y la esperanza, 
el hambre y la saciedad. 

Es una marca imborrable 
a fuerza de pasión y entrega 
tatuada desde el mismo miedo, la cobardía, 
la resignación. 

Yo también quedé marcado 
y es cada vez más triste mi canto.


Me has herido 
con el puñal 
que escondes en tus ojos 
y brotan aves 
en mis fronteras. 

Sangro melodías, 
mientras amanece.


Jugábamos a la escondida 
en el patio trasero, 
incrédulo 
buscaba el roce 
del niño aquel: 
                  mi caballero. 

Todavía 
traspiro 
si me escondo.


Marchito se recuesta sobre mí 
como esos malvones en las tardes de verano, 
su cansancio reposa 
en mi cansancio. 

El hombre que soy 
ama su mirada que muta según la tristeza. 

El hombre que es me alimenta, 
desde su geografía me ampara, me abriga. 


Nos amábamos 
sobre las uvas caídas 
y era el vino rancio de la tarde 
conjura y pecado. 

Todavía bebo el vino aquel 
pero extraño el aroma dulzón 
de tu piel sedienta.


Confieso que he amado 
y me apuntaron todas las manos 
y sangró mi casa 
y estuve en guillotinas 
de lenguas pudorosas 
y denunciaron mi corazón desnudo 
y encarcelaron los gorriones de mis ojos 
y solo me dieron un vino rancio 
que no bebí. 

Confieso que he amado 
y es mi gloria la condena.


Me gustan los hombres tristes porque tienen historias. 
Cuando estoy con un melancólico sé que no hay disfraces, que desde la fragilidad afloran, como un vino añejo, las suaves palabras, las miradas como océanos cabalgando en mis arenas. Un hombre triste enseña sus heridas, también las cicatrices. Sabe que fue un niño corriendo entre las piedras, sabe que creció y aunque es castillo todavía le gustan las mañanas y los grillos. Esos hombres liberan gorriones cuando hablan, son como plantitas de menta que parecen ínfimas pero tienen el aroma de la vida entre sus tallos. Les gusta viajar también subirse a la noche que es su morada donde escriben los cansados pájaros. 

Me gustan los hombres tristes porque tienen historias. 

Son ellos los que se percatan del viento entre las ramas, del sonido tenue del silencio, de las glicinas. Se persignan porque creen aun que les duelan las constantes condenas. No hablan, escuchan, te miran, te palpan. Los hombres como ellos descubren tesoros que escondemos en la isla y acarician la vejez que duele en el rostro. Tienen los pies cansados pues la vida es cansancio un bello cansancio y se agitan cuando aman. Los hombres así son como bosques que nos doblegan, son gotas de lluvia, son oasis. 

Me gustan los hombres tristes porque también soy triste aunque disimule la tragedia habitando mi casa. 




En Reina, Ediciones Vinciguerra / summa poetica / Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina, 2016 / Selección y fotos: jmp / (Marilyn Monroe, fragmentos, poemas, notas personales, cartas) / 
Gustavo Tisocco (Mocoretá, Corrientes, 25 de octubre de 1969 / Poeta / 

22 comentarios:

  1. Qué hermoso Palla. Mil gracias...!!!!

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  2. Amo ese poema de mi Ami gus

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  3. Tremenda, como siempre la poesía de Gustavo, profunda, cinematográfica por momentos, conmovedora. Gracias por difundirlo! abrazo para los dos!

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  4. Qué buenos poemas! El amor, la sensualidad, el sexo, la extrañeza del cuerpo en el deseo. Abrazo, Inés Legarreta.

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  5. Qué poemas‼️ Bellísima selección‼️ 👏👏👏

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  6. Qué hermosura. Qué hermosura.. gracias. Los poemas son bellos pero la nota me emociona hasta las lágrimas. ❤️🦋

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  7. Siempre me conmueve Tissoco💓

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  8. Poemas de gran profundidad, intensos y valientes. Gracias por compartirlos. Todo mi respeto y cariño a Gustavo, un grande.

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  9. Hermosos poemas de mi bello poeta! Te amo hermano🥰🥰

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  10. Soy Mary Guerreiro
    Gustavo Tisocco nos interpreta humanos. Nos conmueve su decir!

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  11. Qué hermosa portada, y sus poemas! Gracias por la lectura!

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  12. bello, profundo, inspirador ❤️

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  13. Gustavo... ❤ Gracias JoséMa

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  14. Amo la poesía de Gustavo. Especialmente estos poemas.

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  15. Absoluta belleza. Definitivamente... "me gustan los hombres tristes"

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  16. De excelencia, jugada, honesta, bella la poesía de Gustavo Tisocco. Los mismos adjetivos caben para su persona.
    Verónica M. Capellino Rando

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  17. Maravillosos poemas. Gran poeta Gus. Gracias 🌈❤️ Maria Gold

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  18. Hermosa poesía gracias Gus 🌈❤️ Maria Gold

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  19. Hermosos poemas, Gustavo! 🙌 Los hombres tristes ❤️ Beto

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  20. Bellos poemas y el elogio a los hombres tristes tan humano! Bravo querido Gustavo 🌹

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  21. Muchas gracias a este blog por publicar estos bellos y conmovedores poemas de Gustavo Tisocco, un poeta que quiero y admiro por su poesía (honesta y valiente) así como también por su gran generosidad. Juany Rojas, desde Chile.

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  22. Gran selección de piel amigo bello! Me encanta! Gracias por está publicación poeta!

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