EPITAFIO
Aquí yace el despojo de un poeta.
Nació bajo un eclipse, fue extranjero,
nada os pidió, labró un Edén de ausencia
y al fin reunió en la aurora a sus espectros.
NAÏF
A Pablo Atchugarry
El poema vagaba sin poeta,
por el aire giraba como un trompo
venido de la infancia y ya sin cuerda,
sin rigor de la física y sin logos,
buscaba un alma que lo recogiera
en el tiempo de los hombres, el siglo
donde nacer, después de las fronteras,
mecido por la historia o los molinos
o la sal, el Sur, el viento, otros versos
que ondean en el cielo, panaderos
soplados en la infancia contra el miedo,
poemas del poema sin palabras,
los del salto nupcial de los insectos,
babas del diablo, celo de la nada.
FALSAS VERDADES
Soy un poeta con piel de cordero,
tejo con lana las falsas verdades.
De mí doy a elegir las variedades
y cuando miento soy hombre sincero.
Confío en la trampa, juego al desespero,
confundo el Paraíso con el Hades
y hasta un libro escribí con inverdades:
de un vago Edén fui el cantor más certero.
Fue larga y honda mi amistad por Eva.
Puso en mi pecho mustios agapantos
y dejó en mis sonetos como prueba
rancio el perfume, mordaces los llantos.
Y la serpiente que cebo en la cueva
solaza a cada rima mis quebrantos.
EL POETA
En tierra árida
habrá un tronco enterrado.
Será el poeta.
Poeta en ruta.
¿Quién persigue y qué huye?
Verso horizonte.
Brotes hinchados.
El poeta no crece
en tierra fértil.
FRACASO
Llegó tarde el poema, la piedra
lanzada al azar del tablero, y pujaba al nacer
en la violencia de un volcán, el del basalto
en bruto, hecho oscuro adoquín,
era rosado el de granito, adoquines de mi infancia
que no evocan nada
y el poema emanaba sin respuestas, cubría
el adoquinado, entre el futuro
y la calle Marsella, rocío
en las mañanas sobre la piedra que giraba
entre el blanco y el negro, sibila
de mi barrio, piedra rota que ya no lee nada
en la lava endurecida del poema.
QUIROMANCIA
Esta es la línea de tu vida,
estírala, no es dura,
recuerda la travesía, recorriste
la cuerda floja y tú decías
soy un funámbulo y lo repetías
con aire profesional
pero era un verso, un mantra
para no caer, no resbalar
del poema al vacío
de tu mano.
HORIZONTE
Más allá de los pinos está el Uruguay.
¿Y después?
Después vienen mis muertos.
Me acabo de enterar. Falleció Alfredo. Sabía de su enfermedad pero no esperaba este desenlace. No lo conocí personalmente, sí nos escribimos. Fue de los primeros en leer el original de mi libro El flautista de City Bell. Me hizo una hermosa devolución que luego con su permiso incorporé en el libro (un fragmento): “Un libro precioso, variado, que yo llevaría conmigo, liviano a veces, sordo y profundo otras (como temas musicales). Una joyita (de género indefinido, o no reductible a un género, hay relatos cortos, casi aforismos y poemas en prosa, memorias autobiográficas o no, o falsas, o de verdad literaria).” Gracias Alfredo, poeta. Siempre vas a estar en mí. /
En La mar en medio, Civiles Iletrados Editores, Colección Ojo de Rueda, Montevideo, 2017 / Prefacio de Horacio Cavallo y Posfacio de Álvaro Ojeda / Selección de poemas y fotos de jmp /
Alfredo Fressia (Montevideo, Uruguay, 2 de agosto de 1948 - São Paulo, Brasil, 7 de febrero de 2022) / Poeta, maestro /
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