EL SENTIDO DE LA LIBERTAD
La noche en que, ya viejo, se apagó definitivamente su fuego sexual, Sócrates oyó que el bello Alcibíades murmuraba: “Al fin libre”. No se ofendió. Comprendió que la realidad se había equivocado de persona, porque la frase le correspondía. Y tuvo razón: no bien sus labios se la apropiaron, la vulgar expresión de alivio se cargó de noble sentido, de agudeza, de profundidad moral y, lo más importante, de trascendencia.
En El límite de la palabra / Antología del microrrelato argentino contemporáneo, edición de Laura Pollastri, Menoscuarto Ediciones, España, 2007 /
Raúl Brasca (Marcos Paz, provincia de Buenos Aires, Argentina, 1948) / Fotos: jmp
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