ELLA SE SIENTE…
Ella
se siente a veces
como cosa olvidada
en el rincón oscuro de la casa
como fruto devorado adentro
por pájaros rapaces,
como sombra sin rostro y sin peso.
Su presencia es apenas
vibración leve
en el aire inmóvil.
Siente que la traspasan las miradas
y que se vuelve niebla
entre los torpes brazos
que intentan circundarla.
como cosa olvidada
en el rincón oscuro de la casa
como fruto devorado adentro
por pájaros rapaces,
como sombra sin rostro y sin peso.
Su presencia es apenas
vibración leve
en el aire inmóvil.
Siente que la traspasan las miradas
y que se vuelve niebla
entre los torpes brazos
que intentan circundarla.
Quisiera
ser siquiera
una naranja jugosa
en la mano de un niño
-no corteza vacía-
una imagen que brilla en el espejo
-no sombra que se esfuma-
y una voz clara
-no pesado silencio-
alguna vez escuchada.
una naranja jugosa
en la mano de un niño
-no corteza vacía-
una imagen que brilla en el espejo
-no sombra que se esfuma-
y una voz clara
-no pesado silencio-
alguna vez escuchada.
UN DÍA
Este
cielo nublado
de tempestad oculta
y lluvia presentida
me pesa;
este aire denso y quieto,
que ni siquiera mueve
la hoja leve
del jazmín florecido,
me ahoga;
esta espera
de algo que no llega
me cansa.
Quisiera estar lejos,
donde nadie
me conociera:
nueva
como la yerba fresca,
ligera,
sin el peso
de los días muertos
y libre
de tempestad oculta
y lluvia presentida
me pesa;
este aire denso y quieto,
que ni siquiera mueve
la hoja leve
del jazmín florecido,
me ahoga;
esta espera
de algo que no llega
me cansa.
Quisiera estar lejos,
donde nadie
me conociera:
nueva
como la yerba fresca,
ligera,
sin el peso
de los días muertos
y libre
ir por
caminos ignorados
hacia un cielo abierto.
hacia un cielo abierto.
EL CORAZÓN
Dicen
que es del tamaño
de mi
puño cerrado.
Pequeño,
entonces,
pero
basta
para
poner en marcha
todo
esto.
Es un
obrero
que
trabaja bien,
aunque
anhele el descanso,
y es
un prisionero
que
espera vagamente
escaparse.
MUJER
Un ser
que aún no acaba de ser,
no la
remota rosa angelical,
que
los poetas cantaron.
No la
maldita bruja que los inquisidores quemaron.
No la
temida y deseada prostituta.
No la
madre bendita.
No la
marchita y burlada solterona.
No la
obligada a ser buena.
No la
obligada a ser mala.
No la
que vive porque la dejan vivir.
No la
que debe siempre decir que sí.
Un Ser
que trata de saber quién es.
Y que
empieza a existir.
EL SEXO
Oculta
rosa palpitante
en el
oscuro surco,
pozo
de estremecida alegría
que
incendia en un instante
el
turbio curso de mi vida,
secreto
siempre inviolado,
fecunda
herida.
Alaíde
Foppa nació en Barcelona, España, el 3 de diciembre de 1914. Vivió en
Argentina (su padre era argentino) y en Italia. Luego en Guatemala (su madre
era guatemalteca); por motivos políticos debió exiliarse en México donde
trabajó como profesora en la Facultad de Filosofía y Letras (tuvo a su cargo la
cátedra de Literatura Italiana). Participó de los movimientos feministas,
fundando la revista FEM. En diciembre de 1980, al regresar de su exilio a
Guatemala, fue secuestrada por un grupo de Inteligencia conocido como G-2.
Nunca más se supo de ella.
Foto:
Jmp
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