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domingo, 1 de octubre de 2017

Marín Sorescu, Un gran número de borradores


DON JUAN

Cuando un amor
en el que ya tenía tiempo trabajando
me sale bien
lo paso en limpio
en el corazón de otra mujer.

La naturaleza fue sabia
al crear más mujeres
que hombres,
porque de esta manera podemos perfeccionar
un sentimiento
usando un gran número
de borradores.


SEGMENTO

Podías, como en los cuentos, haberme puesto a
prueba,
pidiéndome hacer
cosas extraordinarias.
Por ejemplo:
abrir un abismo en el cielo
y traerte el cielo extraído
en los bolsillos.

Podías haberme pedido que te resuelva
tres importantes problemas de la vida
y yo te los hubiese resuelto al momento,
con los dientes,
como los nudos en un hilo.

Podías haber sugerido que me abandonase a mí
mismo
arrojando afuera toda mi personalidad
como lava de un volcán
que me desvistiese de toda particularidad
hasta llegar al fondo humano común
y que me quedase así , desnudo, en el frío.

o por el contrario,
que me mudase por completo
en un solo rasgo característico.


CONTABILIDAD

Llega un momento
en que debemos trazar bajo nosotros
una raya negra
y hacer las cuentas.

Unos cuantos momentos en que casi fuimos
felices,
unos cuantos momentos en que casi fuimos
hermosos,
unos cuantos momentos en que casi fuimos
geniales.
Nos hemos encontrado unas cuantas veces con algunos
montes, algunos árboles, algunas aguas.
(¿Dónde habrán quedado? ¿Vivirán aún?)
Todo esto nos daría un futuro brillante pero
que ya hemos vivido.

Una mujer que hemos amado
más esta misma mujer que no nos amó
suman cero.
La cuarta parte de los años de estudio
es igual a varios miles de millones de palabras forrajeras
que poco a poco hemos vaciado de toda sabiduría.

Y al final un destino
más otro destino (¿de dónde habrá salido?)
suman dos (anotamos uno, llevamos otro, quién sabe,
tal vez habrá otra vida en el más allá).


LA MONTAÑA

Estoy sustituyendo una piedra del pavimento - 
Llegué a esto
por una muy lamentable confusión.

Pasaron sobre mí
carros, camiones de carga,
tanques
y pies de toda clase.

Sentí el sol hundirse hasta los ejes
y a medianoche
sentí la luna.

Las mismas nubes me aplastaron con sus sombras
y de tantos acontecimientos pesados e importantes
me salieron callos.

Y aunque todavía logro soportar
con suficiente estoicismo
mi presente destino de piedra,
rompo a veces a gritar:
circulen sólo por la parte transitable
de mi alma,
¡Bárbaros!


En Revista de la Universidad de México, nº 414, julio de 1985. Traducción del rumano: Ruxandra Chisalita.

Marín Sorescu (Rumania, 29 de febrero de 1936 – 8 de diciembre de 1996). Foto: Manojo, Jmp

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