CREER
Creer
con la
mirada con los dientes con la tarde
entre
las agujas sobre los espejos horizontales y el ocio
después
de la letra adelante despacio yendo como bengalas
promesas
conjeturas diseminadas porque no cuesta nada
antes
del miedo en la vasta inservibilidad del
fraseo
Ninguna
parte del todo cumple las funciones de la unidad
pero
está la piel con su vaticinio incoloro y su multitud
están
las habituales criaturas de la imaginación famélica
qué
bello el azar y caminar sin saber por qué pero caminar
porque
las piernas y la calle y las muchachas y el olor
de los
árboles y ninguna pregunta para
adormecer
el pretencioso reclamo del poema y no hay muerte capaz de amedrentar al fuego y
al corazón cuando gime y al sueño cuando se descuelga con su cargamento
Así
desconozco lo que no quiero conocer y sé lo que deseo
saber
y poseo los inapreciables frutos de los tesoros
que
nadie aprecia y no hay cadena capaz de aprisionarme
y no
hay muerte capaz de silenciar mi silencio así en la
tierra
como en la carne así en la luz como en la sombra
así en
el mar como en la ciudad
porque
creo y no conozco
el
sí y tampoco el no
y
porque nada espero
de
todo dispongo
y
porque anhelo todo
sis
aprisionarlo
no
te retengo
no
me acorralás
y
nos poseemos como
felices
insatisfechos
en
la vigilia
porque
creemos
que
no hace falta creer
porque
creamos
la
necesidad de creer.
En
revista Barrilete, nueva época, año 5, nº1, octubre de 1968. Directores:
Alberto Costa y Carlos Patiño.
Miguel
Grinberg (Buenos Aires, 18 de agosto de 1937). Foto: Jmp. Archivo de la talita
dorada.
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