AVE DEGOLLADA
Me
apartaron los mayores, según es costumbre,
No sea que olvide el horror del ave sin cabeza,
Tras una puerta, encerrada, la escucho
Mientras se debate y agoniza.
No sea que olvide el horror del ave sin cabeza,
Tras una puerta, encerrada, la escucho
Mientras se debate y agoniza.
Hago
girar el pestillo aflojado por el tiempo,
Para huir y olvidar lo que oía,
Este estertor en el que el cuerpo corre
Todavía en pos de la cabeza.
Para huir y olvidar lo que oía,
Este estertor en el que el cuerpo corre
Todavía en pos de la cabeza.
Y
me estremezco cuando, fulminados de terror,
Sus ojos giran hasta quedar en blanco,
Se asemejan a granos de maíz
Que otras aves buscan, picoteando.
Sus ojos giran hasta quedar en blanco,
Se asemejan a granos de maíz
Que otras aves buscan, picoteando.
Tomo
en una mano la cabeza y en la otra el resto,
Los intercambio cuando llega el tedio,
Hasta que no hayan muerto, que sigan unidos
Al menos de este modo, con mi cuerpo en medio.
Los intercambio cuando llega el tedio,
Hasta que no hayan muerto, que sigan unidos
Al menos de este modo, con mi cuerpo en medio.
Y,
sin embargo, la cabeza muere antes,
Como si no estuviera bien cortada,
Y para que el cuerpo no se revuelva solo
Espero a que la muerte lo invada a través de mí.
Como si no estuviera bien cortada,
Y para que el cuerpo no se revuelva solo
Espero a que la muerte lo invada a través de mí.
Tomado de Jonio González (Buenos Aires, 1954. Reside
en España), que nos aclara: En "Miniaturas de tiempos venideros: Poesía
rumana contemporánea", Vaso Roto, Madrid, 2013. Edición y traducción de Catalina
Iliescu Gheorghiu. Imagen: Jeffrey Harp. Ileana Malancioiu (Godeni, Rumania, 23 de enero de
1940).
Poemas de Jonio por acá: Acá.
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