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miércoles, 26 de octubre de 2016

Paul Auster, La sencilla habla del deseo


HERACLITIANA

Y la tierra entera, responsable
ante el verdor y el lastre de carbón
del aire, y el invierno
que enciende
el fuego de la tierra, mientras el aire cruza
una y otra vez hasta el verde
instante que somos. Sabemos
que se habla en nombre nuestro. Sabemos que la tierra
jamás engendrará
una palabra
lo bastante pequeña como para albergarnos, pues la palabra justa
no es sino aire, y en el ascua
verde de nuestra
monotonía interna, su miedo no es mayor
que el miedo de la vida.
Seremos, pues, nombrados
por lo que nunca somos. Y quienquiera
que se vea
en lo que aún no ha sido
hablado,
sabrá lo que es temer
a la tierra
hasta la justa
medida de sí mismo.


LUCES DEL NORTE

Éstas son las palabras
que no sobreviven al mundo. Y hablarlas
es desvanecerse

en el mundo. Inalcanzable
luz
presidiendo la tierra, alimentando
el breve milagro

del ojo abierto:

y el día que ha de extenderse
como un fuego de hojas
en el primer viento frío
de octubre

consumiendo al mundo

en la sencilla habla
del deseo.



En: Pista de despegue. Poemas y ensayos 1970-1979, Editorial Anagrama, Barcelona, 1998. Traducción: Jordi Doce.
Paul Auster (Newark, Nueva Jersey, el 3 de febrero de 1947). Desde 1974 reside en Nueva York.

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