HERACLITIANA
Y
la tierra entera, responsable
ante
el verdor y el lastre de carbón
del
aire, y el invierno
que
enciende
el
fuego de la tierra, mientras el aire cruza
una
y otra vez hasta el verde
instante
que somos. Sabemos
que
se habla en nombre nuestro. Sabemos que la tierra
jamás
engendrará
una
palabra
lo
bastante pequeña como para albergarnos, pues la palabra justa
no
es sino aire, y en el ascua
verde
de nuestra
monotonía
interna, su miedo no es mayor
que
el miedo de la vida.
Seremos,
pues, nombrados
por
lo que nunca somos. Y quienquiera
que
se vea
en
lo que aún no ha sido
hablado,
sabrá
lo que es temer
a
la tierra
hasta
la justa
medida
de sí mismo.
LUCES DEL
NORTE
Éstas
son las palabras
que no sobreviven al mundo. Y hablarlas
es desvanecerse
que no sobreviven al mundo. Y hablarlas
es desvanecerse
en
el mundo. Inalcanzable
luz
presidiendo la tierra, alimentando
el breve milagro
luz
presidiendo la tierra, alimentando
el breve milagro
del
ojo abierto:
y
el día que ha de extenderse
como un fuego de hojas
en el primer viento frío
de octubre
como un fuego de hojas
en el primer viento frío
de octubre
consumiendo
al mundo
en
la sencilla habla
del deseo.
del deseo.
En:
Pista de despegue. Poemas y ensayos 1970-1979, Editorial Anagrama, Barcelona, 1998.
Traducción: Jordi Doce.
Paul
Auster (Newark, Nueva Jersey, el 3 de febrero
de 1947). Desde 1974 reside en Nueva York.
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