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viernes, 18 de marzo de 2016

Marcelo Cutró, El silencio cubre las texturas de la infancia


SANTA ISABEL
(Fragmento)

Llueve. Llueve sobre el fondo blanco de unas calles de tierra.
Cañas. Al sur de la provincia de Santa Fe hay un pueblo que cabe en una caja con fotos. Llueve sobre Santa Isabel. Llueve y las cañas se quedan solas. Viento sin fondo.


El silencio cubre las texturas de la infancia: ranas de oro bajo agua verde, una silla, luces viejas, un caballo recién soñado, las paredes de una iglesia. El llanto grabado en las medallas.


Sentada entre los gallos toca tres relámpagos y vuelve a santiguarse. La curandera ha visto dos cabezas moviéndose atrás de la higuera. La desesperación dejó colores en ruinas, lluvia abandonada en el patio.


¿Dónde están los antepasados? ¿Aquellos carboneros, todas las parteras? La curandera los llama para que sus oficios vuelvan.


Llegan a caballo, en tren. Llegan de todos lados, buscando la casa movediza, la de luz más pobre.


La voz de la curandera se suspende. Sombra atravesando los alambrados. El horizonte es una cinta de colores falsos, una lujosa espera.


Cura con cañas, cubierta de rumores, parpadeando.
La distancia que la separa del doliente es igual a la extensión de las cañas colocadas junto a sus caderas.
Se mueven, se frotan, se retuercen, hasta encontrar alivio o adormecimiento.


Los perros miran el fuego, los huesos de los pinos.
Música antigua.
Todo el pueblo perdido ante aquel resplandor sonoro.



En: “Rumania. Santa Isabel”, Ediciones en Danza, 2012.
Marcelo Cutró (Santa Isabel, Provincia de Santa Fe, 1967). Foto: “Mi pueblo natal, al sur de la Pcia de Santa Fe. La estación de Ferrocarril de mi pueblo” (MC).

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